A 24 años de comenzar el siglo XXI, la pobreza, marginación e incomunicación siguen vigentes en las montañas de la Sierra Mazateca, por lo que prometer querer cambiar al mundo en un sexenio gubernamental o federal es casi imposible, y la nuestra es de que las casas de láminas, cartón, tablas y carrizos con barro siguen siendo habitadas por las y los mazatecos en condiciones de pobreza, por eso las nuevas estrategias electorales ya deberían de ser otras, y no las mismas de siempre.
Al respecto, un profesor bilingüe ya jubilado, quien prefirió omitir su nombre y apellidos, enfatizó que las promesas de candidatos a diputados locales, federales, senadores, gobernadores y presidentes de la República, únicamente son palabras de aliento a los jefes de familia para lograr el poder que andan buscando, pues ya una vez en los cargos de “elección popular” con sus sueldos envidiables, para los políticos se acabó la pobreza pero los habitantes de las montañas siguen en condiciones precarias.
El exdocente expresó que la marginación, incomunicación y pobreza han sido desde los gobiernos priistas y panistas, y lo mismo sucedió con el gobierno de transición (Morena), quienes tal vez ellos están satisfechos con sus logros en obras y acciones, pero la realidad física viéndola de cerca es otra. Lo bueno fueron los programas sociales en apoyo económico a las diversas clases sociales, pero dentro del corazón profundo del indigenismo auténtico la situación es casi la misma, con caminos de terracería deplorables y una agricultura que nunca creció, por falta de apoyo al campo mazateco por las instituciones supuestamente comisionadas para tal fin, dijo el exprofesor indígena.