Son muchos los testigos, quienes solicitaron el anonimato para evitar sufrir represalias por parte de cazadores, que afirman que tanto en límites de Cuicatlán, así como poblaciones aledañas, sin tener día preciso ni horario los cazadores salen a los montes, recorren veredas en busca de venados, aves exóticas, plantas, logrando muchas de las veces su cometido.
Los denunciantes señalaron “nosotros nada más observamos el paso de camionetas, personas con poderosas armas de fuego que —como ellos dicen— salen a lamparear, pero después de transcurrido un tiempo se escuchan las detonaciones y por comentarios a los dos o tres días se platica que estuvo buena la caza: dos o tres venados y otros animales silvestres, más algunos para colección en sus hogares, otros más pudieran ser adquiridos sin conocer el fin. Lo mismo pasa con las plantas silvestres, esto no es nada nuevo, tiene años de llevar a cabo sin que se ponga un límite. Es más, en muchas ocasiones, las autoridades auxiliares (agentes municipales o de policía) encabezan estas actividades”.
Desafortunadamente, las corporaciones policiacas con que se cuenta, o no tienen unidades de motor en buenas condiciones, o no cuentan con los elementos necesarios.
Son muchos y muy bonitos los discursos de las dependencias federales o estatales, pero es muy diferente la realidad en las regiones”. Ante ello aclararon los denunciantes “urge diseñar estrategias que garanticen el cuidado y protección de animales y flora silvestre; nosotros no sabemos para qué sirven las mesas de seguridad que se llevan a cabo cada semana, cuáles han sido los resultados que se han logrado obtener. Reuniones van y vienen y todo continua igual o hasta peor”, concluyeron los denunciantes.
