Santa Lucía del Camino, uno de los 25 o 28 municipios que dependían del ya cerrado tiradero de Zaachila, lidia con la crisis de la basura, al carecer de un relleno sanitario para los residuos de sus 50 mil 362 habitantes (INEGI, 2020).
Desde mediados de julio, cuando se le impidió usar el tiradero, el principal problema que enfrenta el ayuntamiento es la falta de un lugar para depositar los residuos sólidos propios. “Nadie quiere, ni los propios vecinos, tener un basurero cerca de sus casas, aunque sea en un terreno lejano”, explica la autoridad que preside Juan Carlos García Márquez.
A través de su área de comunicación social, el municipio respondió que desde entonces se ha “apostado a la concientización social a través del proyecto Cero Basura”, cuyo objetivo es “no crear más basura”. Desde su perspectiva, esto “ha logrado cambios significativos”, al evitar residuos con productos que son de un solo uso, además de promover la separación de desechos.
Muchos vecinos a través de diálogos en su colonia y que tenemos de manera constante nos han mostrado que en casa hacen compostas. Eso ha ayudado a reducir la producción de basura y esto va de la mano a la separación de basura reciclable”.
Se estima que hasta antes de la negativa para usar el tiradero de Zaachila, este municipio conurbado llevaba 50 toneladas diarias, 17 más que las registradas en 2019. En ese año se colocaba como el tercero de los principales contaminantes (con 33 toneladas), tan solo precedido por Oaxaca de Juárez (con 550 toneladas) y Xoxocotlán (con 52).
A raíz de la crisis, las 50 toneladas bajaron a 28, “derivado de la reducción de rutas y la separación del reciclable”. Asimismo, por la elaboración de composta en hogares, por lo que exhorta a continuar con el programa Cero Basura.
El municipio reconoce que encontrar un sitio al cual llevar los desechos es una problemática que comparte con otros. Y que “a través de acercamiento con autoridades municipales” algunas lo “han apoyado” para recibir los desechos, pero por tratarse de un “tema que pueda provocar un conflicto social” están obligados a mantener la “secrecía” de tales sitios. Asimismo, esta medida ha afectado las finanzas, pues “se paga una cuota”.
Desde que estalló la crisis, una parte de los habitantes se ha quejado de la falta del servicio de recolección o lo espaciado de este. A decir del ayuntamiento, quienes se inconforman y “exigen la recolección son esa parte mínima que no han comprendido que somos la solución al problema. El servicio de recolección se realizaba cada dos días, en la actualidad se realiza cada 8 o 9 días”.
Al ser consultado sobre la relación con el municipio capitalino, sobre si se buscará la posibilidad para usar el relleno sanitario que encuentre la capital, Santa Lucía del Camino explicó que “existe un diálogo permanente con Oaxaca de Juárez” y que han buscado ser parte de la solución del problema que afecta a la zona conurbada. Y recordó que en julio se reunieron el gobierno del estado y los municipios de Valles Centrales, mismos que firmaron “un compromiso de ir juntos ante esta problemática”.
