Un ciudadano de la tercera edad se muestra más emocionado que la multitud reunida en la Alameda de León y el atrio de la catedral metropolitana. Es la mañana del viernes 25 de abril y la chirimía espera desde lo alto de la catedral, aunque alrededor de las 7:00 horas una comitiva aguarda por el presidente municipal.
Pero aquel oaxaqueño vestido con un elegante traje se mantiene de pie cerca del escenario. Poco a poco, los ánimos de los asistentes son más notorios y arrancan de ellos los aplausos en estos festejos por los 493 años de la elevación a rango de ciudad de la otrora Villa de Antequera y ahora Oaxaca de Juárez.
Los primeros rayos del sol pronto se asomarán desde lo alto del templo. Pero desde los pies de la catedral, cientos disfrutan de la fresca mañana y en cuanto llega el concejal se da paso al programa oficial que incluye las mañanitas por parte de la chirimía. Acto seguido, el toque de chirimía y el repique de campanas que años atrás era antes de las 7:00 horas y en esta ocasión esperó hasta las 7:15.
La gente sigue llegando al centro de la ciudad y busca algún espacio entre el público para ser parte de la celebración. Las sillas ya han sido ocupadas por algunos asistentes y funcionarios municipales y estatales, pero no importa estar de pie como aquel ciudadano para disfrutar del programa que nuevamente tiene a la Banda de Música y al Coro de la Ciudad.
En la voz, el tenor Rodrigo Petate interpreta unas mañanitas oaxaqueñas que hablan sobre un cielo de zafir y los rayos que tiñen las cumbres.
Han pasado las mañanitas, el repique de campanas y demás números del programa, pero el ciudadano de la tercera edad se anima a gritar: ¡Que viva Oaxaca! ¡Que viva Oaxaca! Su alegría parece contagiar a varios que repiten a coro su felicitación por los 493 años que como ciudad tiene el municipio de Oaxaca de Juárez.
Los festejos hacen que parte del cielo sea surcado cada tanto por tres naves de la Base Área Militar número 15. Ese rastro y el paso de los aviones acapara la atención entre el Jarabe del Valle, la actuación de la Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina.
Pronto, con la interpretación del vals “Dios nunca muere”, a cargo del tenor Rodrigo Petate, la Banda de Música del Estado y el Coro de la Ciudad, así como la participación de las Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina, el público se pone de pie durante los festejos por el aniversario 493.