A sus 43 años de edad, Artura ha pasado casi tres décadas dependiendo de una silla de ruedas. Sus manos dan cuenta de los problemas a los que se enfrenta como persona con discapacidad, pues el empujar la silla le deja la suciedad que se desprende de las calles, de la cantera de las banquetas o del piso de los parques y espacios públicos por donde pasa.
En el último año, lo que le ha ayudado a sobrellevar su desplazamiento diario en la ciudad de Oaxaca y zona conurbada es el sistema de transporte Citybus, ya que la acerca al centro de la capital y a su domicilio en San Sebastián Tutla, sin embargo, en la capital tiene que enfrentar el deterioro de la cantera de las banquetas o las rampas en mal estado y que muchas de las veces están muy inclinadas o son obstruidas por los puestos y vehículos.
“Para trasladarme ya no me cuesta mucho porque uso el Citybus, pero en cuestión de las calles es mucho trabajo. Hay lugares donde no hay rampas, hay otros donde hay muchos baches. Y no solo me cuesta a mí sino para todas las personas”, dice mientras pasa por la Alameda de León, en el centro de la ciudad de Oaxaca.
Artura es originaria de la región Mixteca, pero hace 15 años que radica en la zona metropolitana de Oaxaca, donde constantemente acude a la capital oaxaqueña.

Aunque en la ciudad de Oaxaca existen algunas rampas, señaléticas y cajones para estacionamiento para personas con alguna discapacidad, Artura señala que la infraestructura los excluye, lo mismo que la sociedad, pues esta no siempre respeta sus espacios o la vía pública. “Hay mucha suciedad en las calles, heces de los perritos o las personas tiran basura o cáscaras de plátano que se pegan en las llantas de la silla, los autos obstruyen las rampas”.
Artura es una de las 273 mil 876 personas que en el estado de Oaxaca tienen alguna discapacidad (según el Informe sobre la pobreza y rezago social 2025 de la Secretaría de Bienestar federal). En la ciudad de Oaxaca, a la que tiene que trasladarse constantemente, son 13 mil 826 las personas con discapacidad.
Ante este contexto, Artura llama a las autoridades a mejorar la infraestructura y que esta garantice la movilidad de personas como ella, pues en los 15 años que ha vivido en la ciudad y municipios cercanos prácticamente no observa mejoras para facilitar la movilidad de personas con discapacidad.
Los obstáculos son también para personas de la tercera edad como Juliana Martínez, proveniente de Tlacolula y que a sus 84 años de edad usa un bastón para caminar. Este miércoles, luego de ir a consulta médica, ella y su hija tuvieron que caminar por la calle Macedonio Alcalá. Pero, aunque es una vialidad peatonal, encontraron varias dificultades. El mal estado de las banquetas, principalmente, la hacía tambalearse al apoyar el bastón.
Placas para invidentes, sin mantenimiento
A la fecha y desde su colocación en el año 2012 (con aportaciones federales del Programa Hábitat y del municipio capitalino), las placas de ubicación para personas invidentes siguen deteriorándose y limitando así la movilidad de personas invidentes que requieren de ellas para desplazarse.
En recorridos por el centro histórico, donde se localizan varias de las placas en sistema Braille y en idioma español, se observó que las placas están rayadas, pintadas o han desaparecido.
Este tipo de daños persiste y aunque en el año 2021 la 64 legislatura local exhortó al municipio a rehabilitar las placas y colocar señalética para personas invidentes.