Una pareja fue asesinada a balazos anoche en la carretera a San Juan Lachigalla, a la altura del paraje El Portillo Coatecas Altas, Ejutla de Crespo. Durante el ataque, dos adolescentes se hicieron pasar por muertos para así salvar la vida y avisar a sus familiares. Una de las primeras líneas de investigación revela que podría tratarse de un caso político.
El ataque
La noche del pasado domingo, las autoridades policiacas fueron alertadas de que en el camino que conduce a San Juan Lachigalla se encontraba mal estacionada una camioneta con capacidad para tres toneladas, en cuyo interior había dos personas aparentemente sin vida.
De inmediato el centro de emergencias movilizó a policías para que como primeros respondientes acudieran a verificar el reporte.
Efectivamente en el interior de una camioneta con placa de circulación del estado de Puebla, estaba una pareja con visibles heridas ocasionadas con arma de fuego.
Al confirmarse que estas personas estaban sin vida, se procedió a acordonar el área para preservar todo indicio y darle parte a elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) destacamentados en Ejutla y a peritos de la Fiscalía General del Estado.
Identifican a las víctimas
En el acto se confirmó la identidad de las víctimas, Rafael, de 34 años de edad y Felipa, de 31; originarios de San Juan Lachigalla, región de Valles Centrales.
“Los cadáveres se encontraban dentro de la cabina de la camioneta tipo Super Duty, marca Ford, los cuales presentaban lesiones producidas por impacto de arma de fuego en diferentes partes del cuerpo”, asentarían en su reporte los elementos policiacos.
Cerca de las 02:00 horas de ayer, los agentes y peritos terminaron con la inspección en la escena del doble homicidio y levantamiento de los cuerpos, mismos que fueron trasladados al descanso municipal de Ejutla para la necrocirugía de ley.
Fue precisamente en el paraje Las Vueltas del Portillo, perteneciente a la población de Coatecas Altas, donde ocurrió el ataque.
Los restos de Rafael fueron identificados legalmente por la señora Adela, quien dijo ser la esposa; mientras que el cuerpo de Felipa fue reconocido por su mamá Natividad.
Los sobrevivientes
De acuerdo con testigos, en esta camioneta viajaban también dos adolescentes, uno de 15 años y otro de 13, quienes se hicieron los muertos. Tan pronto todo quedó en silencio, los adolescentes se salieron de la cabina, corrieran al pueblo más cercano para pedir ayuda y que los llevaran con sus familiares.
“Las personas que privaron de la vida a los adultos iban vestidos con ropa tipo militar y cubiertos del rostro, además portaban armas largas tipo AR15”, revela el reporte policial.
Las amenazas
De acuerdo con los primeros testimonios, los comparecientes dijeron desconocer cómo ocurrieron los homicidios, por qué motivo y la identidad de los atacantes.
Durante el trabajo de campo, los agentes han recopilado algunos datos con los cuales podrían perfilar una línea, aunque no se descartan otras dos.
Se presume que Rafael tenía en su contra algunas amenazas de muerte, al menos así se divulgaba en el pueblo.
Aunque la policía no quiso dar más detalles, se sabe que tomaron en cuenta que el finado había tenido problemas con alguna autoridad de la comunidad y otro familiar de ésta.
“Había sido amenazado de muerte en varias ocasiones por cuestiones políticas”, dijo una fuente extraoficial.
De Felipa se dijo que ella no tenía problema alguno con nadie, sólo acompañaba a su primo a vender tomates a las bodegas de la Central de Abasto.
