Tan pronto empezó la emergencia sanitaria de Covid-19 en Oaxaca, Josefina fue despedida. Ella trabajaba como empleada doméstica, y desde entonces su familia ha tenido que sobrevivir con un único sueldo: el de su hija, quien la apoya para sufragar las necesidades de comida, vivienda y vestimenta.
Economizar lo más posible se ha vuelto una constante en esta familia que desde antes de la epidemia debía administrar sus ingresos. Nada de lujos o prendas caras ni de boutiques, relata Josefina mientras hurga entre un montón de ropa de segunda mano, en un bazar de prendas americanas que se encuentra en el centro de la capital oaxaqueña.
“Venimos a buscar donde haya algo económico. Igual para comer”, explica Josefina, para cuya familia el dinero no siempre es suficiente. Comer carne es algo que se hace pocas veces, por los precios de la misma. Lo mismo aplica para la vestimenta, la que adquiere en lugares de segunda mano o en locales donde esta sea barata.
Rafael Delgado, encargado de un bazar de ropa americana, señala que a raíz de la crisis económica mucha gente ha acudido a sitios como este para comprar prendas que en otros sitios les costarían más caras.
Si bien se trata de prendas de segunda mano, considera que el manejar marcas reconocidas y de manufactura duradera, ayuda a que negocios como este sigan operando. Aunque tampoco han estado exentos a los cierres temporales como los que se vivieron en los primeros meses de la emergencia.
“Ahorita mucha gente se quedó sin trabajo y tiene que hacer que rinda su dinero”, explica Delgado, quien señala que esta situación también ha incidido en los precios que manejan, al reducir algunos debido a la crisis que observan entre sus clientes.
La ciudad de Oaxaca es uno de los lugares donde la adquisición de prendas de segunda mano ha cobrado impulso a raíz de la emergencia sanitaria. Incluso, la tendencia a la que algunas personas se habían unido por cuestiones de conciencia ecológica, se vio aumentada en redes sociales y en bazares como en el que labora Rafael.
En los 20 años que lleva el negocio, cuenta que alguna vez trataron de implementar ropa nueva y de bajo costo, pero que no se vendió debido a la poca resistencia de las telas.