Durante los 11 años que duró la Guerra de Independencia, Oaxaca no podía ser ajena, ya que para esos tiempos era un estado prominente, la economía –aunque lejos de favorecer a los criollos e indígenas– era vasta, por lo que rescatarla de dominio español era sustancial.
Marcó un giro en este proceso que inició con la llegada de Miguel López de Lima y Jorge María Armenta, quienes fueron los primeros mártires de la Independencia.
El cronista de la ciudad, Jorge Bueno Sánchez resaltó que en Oaxaca se radicalizó la ideología de la Guerra de Independencia en el periodo de 1812 a 1814, pues inicialmente la insurgencia planteaba el regreso al poder de Fernando VII y aquí se planteó la integración de un gobierno propio.
Recordó que esto fue gracias al obispo Antonio de Bergoza y Jordán, quien en sus sermones y escritos defendía la dominación española y llamó a oponerse al movimiento insurgente, a la vez de formar un ejército de cléricos y voluntarios conocido con el apelativo de “El Batallón de la Mermelada”.
Al calificar de trascendental el movimiento de la Independencia de 1810 en nuestra capital y sus principales personajes, así como su importancia, ponderó la participación de Oaxaca.
Dentro de los primeros años de este movimiento en Oaxaca, el coronel Bernardino Bonavia luchó contra el movimiento encabezado por Hidalgo y descubrió en 1811, que Felipe Tinoco y José Catarino Palacios apoyaban el movimiento insurgente, por lo que los fusiló en la plaza pública de la ciudad de Antequera.
Cuando el movimiento encabezado por Hidalgo y Allende fue derrocado y estos fueron fusilados en Chihuahua el 30 de julio de 1811, el sacerdote José María Morelos y Pavón fue el nuevo dirigente del movimiento de insurgencia y organizó un nuevo ejército en el sur apoderándose de la ciudad de Acapulco.
A su llegada a Oaxaca, Morelos instituyó el Cabildo Civil que actuaba junto al Cabildo Eclesiástico, dejando en puestos claves a criollos, desplazando a los españoles, lo cual definió las élites que marcarían ese cambio en la lucha independentista.
Añadió que Valerio Trujano, quien había obtenido algunas victorias sobre los soldados realistas en la Mixteca se puso a las órdenes de Morelos.
Poco después resistió un sitio en Huajuapan y murió combatiendo en Puebla. Mientras tanto, Morelos tomó Orizaba y Tehuacán y avanzó sobre Oaxaca, ciudad que capturó a finales del año 1812.
Un suceso heroico en el movimiento de la Independencia, fue el sitio de Huajuapan, que duró 105 días, cuando los insurgentes Valerio Trujano y Miguel Bravo se reunieron en los primeros días de marzo de 1812, en Tamazulápam, con el fin de sitiar al realista Régules Villasante quien se encontraba fortificado en Yanhuitlán.
Después de esto, Miguel Bravo se dirigió a Cuautla, donde se encontraba Morelos asediado por los realistas, en tanto que Trujano se fortificó en Huajuapan.
Las tropas realistas al mando de Régules arribaron a Huajuapan el 5 de abril de 1812, con un efectivo de 1,500 hombres y 14 cañones. Cinco días después iniciaron su ataque y emplearon su artillería en contra de las fortificaciones insurgentes que no combatieron en un principio por falta de municiones.
El sitio de Huajuapan fue un suceso de gran relevancia para las tropas insurgentes durante el movimiento que culminó con el triunfo insurgente, destacando las habilidades del Generalísimo Morelos y Valerio Trujano.
