Colmillo Blanco: Deslave en el Fortín, por deforestación
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Colmillo Blanco: Deslave en el Fortín, por deforestación

La mancha urbana devora el pulmón citadino; en el Atlas de Riesgo, el cerro es considerado zona de peligro alto


Es el arbolado el que ayuda a retener y evitar el posible desgajamiento del cerro.
Es el arbolado el que ayuda a retener y evitar el posible desgajamiento del cerro.

Los deslaves y desgajamientos en el Cerro del Fortín, como el ocurrido el pasado 26 de junio tras las lluvias, se deben principalmente a la pérdida de vegetación y el avance de la mancha urbana (tanto por obras como la carretera federal, por la colocación del apotegma de Benito Juárez y por las instalaciones gubernamentales), señala el ambientalista Carlos Morales, de la asociación civil Colmillo Blanco, quien considera que ante ello ha faltado reforestar el área.

Esta pérdida vegetal es lo que ha ocasionado, con la humedad, un deslave en esta parte. Está captando mucha agua el cerro”, apunta el activista que como el Fortín ha defendido otras áreas naturales de la ciudad.

Es el arbolado el que ayuda a retener y evitar el posible desgajamiento del cerro, explica quien por más de 10 años también se ha dedicado a reforestar parte del área natural donde en las últimas décadas se han construido una carretera y el Auditorio Guelaguetza.

El cerro es prácticamente puro cascajo, piedras que se quiebran muy fácil. Al no tener raíces al no tener árboles, con la humedad se derrumban. Pero esto ha sido consecuencia que las autoridades han permitido, también que los vecinos han ido avanzando, talando árboles para leña, para tener más vigilada el área, han invadido las áreas”.

Con las lluvias hay mayor humedad y por ende mayor riesgo de desgajamientos, añade sobre un cerro que como la ciudad y el estado se localizan en una zona sísmica y, por ende, sujeta a riesgos por estos fenómenos.

En el Atlas de riesgos de Oaxaca de Juárez, el Cerro del Fortín es una zona de peligro medio, alto y muy alto en cuanto a “remoción en masa” y deslizamientos. El documento detalla que tal remoción implica “movimientos ladera abajo que no requieren el transporte de un medio como el agua, el aire o el hielo” y que tanto esos como los deslizamientos se deben a la “topografía (pendiente y altimetría), así como el tipo y las características de las rocas y los suelos”.

El documento que data del 2011, realizado por el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también señala que “la intensidad de precipitación pluvial y los factores antrópicos”, es decir, aquellos derivados de la actividad humana, son los “agentes detonadores” de esos deslizamientos o remociones en masa.

 

Protección Civil afirmó que el más reciente deslave ha sido el de mayor magnitud en los últimos años.

 

En las últimas décadas, como ha estimado el activista, en el cerro se han efectuado diversas obras gubernamentales que, sumadas a las construcciones de viviendas, hoteles y otros muestran el avance de la mancha urbana y la pérdida de vegetación para concretarlas. Tan sólo para el apotegma de “El respeto al derecho ajeno es la paz”, explicó que hubo deforestación.

En el sexenio de Gabino Cué, el gobierno estatal también se propuso construir en el cerro el Centro Cultural y de Convenciones, que tras el rechazo de activistas como Francisco Toledo finalmente se edificó en el municipio de Santa Lucía del Camino.

Carlos Morales llama a revisar la reglamentación para evitar riesgos cuando se analicen construcciones u obras. Asimismo, que se vigile y restrinja el paso vehicular, es decir, que no pasen unidades pesadas, pues en la carretera transitan autobuses o camiones cisternas (pipas).

La Dirección de Protección Civil de Oaxaca de Juárez refiere que el último deslave ocurrido en el punto conocido como Ojito de Agua ha sido el de mayor magnitud en los últimos años y que en promedio se presentan dos desgajamientos anuales, debido a la porosidad del cerro, las lluvias y los sismos que dejan reblandecimientos. En el último deslave, detalla que fue necesario retirar las rocas y tierra con 17 camiones volteo.

Aunque tampoco quiso señalar a qué autoridad estatal corresponde la atención, el director Rodolfo Brena Güereca comenta que este tramo de la carretera federal es competencia del estado y por lo cual la autoridad en la materia debería de hacer un estudio sobre el estado de la zona para evitar mayores estragos.

Esto especialmente porque observó que en un terreno cercano a un hotel en el cerro se limpió un área que en lo ideal debe de conservarse como área verde y no permitir el avance de la mancha urbana. De tratarse la ampliación del hotel, advirtió que construir en una zona con riesgos puede traer mayores consecuencias. “Esa parte que se está limpiando está más cerca de una falla geológica”, apunta sobre esa condición “de la mitad del cerro hacia arriba”, pero que no llega al área de juegos infantiles.


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