Luego de su caída o derribo, los troncos de los dos laureles emblemáticos del zócalo capitalino serán resguardados en el vivero municipal. Será posteriormente, y en diálogo con activistas del medio ambiente y artistas, que se decidirá el uso final de los restos de estos árboles icónicos, respondió la Secretaría de Medio Ambiente y cambio Climático de Oaxaca de Juárez.
Este jueves, los trabajos de troceo y de recolección de los restos de los laureles continuaban en la Plaza de la Constitución, conocida como zócalo. Sin embargo, los troncos eran subidos a camionetas particulares de alquiler.
Elsa Ortiz, secretaria de medio ambiente municipal, explicó que los restos estarán en el vivero municipal. Pero que junto con artistas ya se plantean algunos proyectos.
Al tratarse de ejemplares icónicos de la ciudad, por haber albergado los conciertos dominicales de la Banda de Música del Estado y otras agrupaciones, el destino de los troncos será consensado y dignificado, subrayó Ortiz.
Por ahora, explicó que con el artista y activista Markoa Vásquez está la propuesta de que algunas de las ramas y los troncos más delgados se empleen para hacer un palo encebado o un juego infantil de sube y baja.
También está la propuesta de un escultor para realizar una obra artística. Pero que por ahora la madera de los laureles, uno de ellos con una edad estimada de más de 130 años, estará resguardada.
Fue la noche del pasado martes cuando cayó el emblemático laurel de la India en que se realizaban los conciertos “bajo el laurel”. El ejemplar sobre el que ambientalistas e incluso la propia autoridad habían considerado enfermo y con alto riesgo de caída, no soportó los vientos.

Tras su caída afectó también al laurel más cercano, explicó Ortiz sobre la decisión de derribar este último el miércoles. Y por lo cual reconoció que ha sido muy criticada la autoridad municipal.
Al caer el árbol de ‘bajo el laurel’ le pegó (al otro ejemplar), lo inclinó y se empezó a cuartear la tierra en que estaban su raíces, lo que quería decir que ya iba a caer. Y al tomar esa decisión, aunque fue de manera conjunta con Semaedeso (Secretaría de Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable) y demás, casi me crucifican”.
Al recordar el caso del fresno de Morelos, que cayó en abril y al que se le estimaban más de 200 años de edad, la funcionaria explicó que por estar prácticamente muerto y con un hueco en su interior, no se pudo utilizar mucho de él.
Ayer circulaba en redes sociales una imagen de una pareja subiendo uno de los troncos “para adornar” su casa y “por el cariño al árbol”.