Jardineras del Centro Histórico, basureros; dañan los magueyes
Además, son usadas como sitios para ingerir bebidas alcohólicas
Además de ser usadas como sitios para ingerir bebidas alcohólicas, una conducta sancionable según el reglamento de faltas de policía en cuanto a espacios públicos, las jardineras del Centro Histórico de la capital se han convertido en basureros.
El abandono de desechos sólidos en espacios y sitios públicos es otra conducta que se sanciona según la normativa de Oaxaca de Juárez. Sin embargo, es habitual ver basura en las jardineras que rodean al exconvento de Santo Domingo o las de las calles Allende y Gurrión. En especial, botellas y latas de bebidas alcohólicas o plásticos de paquetes, bolsas de plástico, entre otros residuos.
La zona es uno de los mayores atractivos turísticos de la capital, sin embargo, y a pesar de existir papeleras, es habitual observar los residuos, e incluso heces fecales, en las jardineras.
Una placa recuerda que el Centro Histórico tiene una declaratoria conjunta con la zona arqueológica de Monte Albán como patrimonio mundial de la humanidad. Pero ni esta ni una nueva placa informativa sobre la inscripción hecha en 1987 limitan los daños en el patrimonio.
A la basura se suma el deterioro de la cantera de las jardineras y del templo y exconvento dominico. Además del daño a los magueyes, varios de los cuales ya murieron, desaparecieron o lucen muy secos y con las pencas dobladas.
Esta condición se observa en una de las jardineras frente al templo, a un costado de la calle Macedonio Alcalá y en línea con las que tienen a los framboyanes.
Ante la reiterada conducta de abandono de basura en espacios públicos, en sitios como el jardín Antonia Labastida se han colocado letreros sobre la prohibición de arrojar basura en él.
Lámparas sin tapas, riesgo para peatones
En un recorrido por el andador turístico, se observaron diversos deterioros en la calle y banquetas. Uno de estos es la falta de tapas de lámparas que se ubican a ras de suelo, a la altura del Monte de Piedad. Al menos tres carecen de tapas, lo que representa riesgos para peatones.
