Se desborda la fe por la Virgen de Guadalupe
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Se desborda la fe por la Virgen de Guadalupe

Grupos de peregrinos, familias y turistas arribaron a la capilla de Belén en el día principal de la celebración; aunque con gran afluencia, la pandemia hizo que la festividad no alcanzara los niveles previos a la Covid-19


Se desborda la fe por la  Virgen de Guadalupe | El Imparcial de Oaxaca

A diferencia de la mañana del sábado, uno de los dos días en que miles de visitantes colman el santuario y sus alrededores, la del domingo fue de mayor afluencia. La capilla de Belén fue abierta desde las 8:00, una hora antes que la jornada anterior, para el encuentro de feligreses con la Virgen de Guadalupe.

Casi a la par del aumento de creyentes, la mañana pasó de frío a la calidez, aunque con momentos de nubosidad que hicieron del domingo familiar una ocasión especial en medio de la pandemia.

La fe se dejó sentir y ver entre los cientos o miles de visitantes que no solo llevaron a sus “Juan Dieguitos”, “Lupitas” y “Peregrinos a visitar la imagen sino llevarse un recuerdo. Varios provecharon para hacer posar a las y los pequeños, caracterizados para la ocasión, junto a los montajes de fuentes, cerros, animales de carga e imágenes de la Morenita del Tepeyac.

“¿Cuánto cuesta la foto?”, se escuchaba cada tanto en los alrededores del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Fotos y calendarios eran impresos al momento por fotógrafos y ayudantes que volvieron luego de un año de suspenderse los festejos.

Los bigotes dibujados con un pincel resaltaban entre los pequeños calzados con huaraches de piel, sombreros, zarapes y un chiquigüite (con recreaciones de anafres, sopladores y tazas) en alusión a los peregrinos que caminaban rumbo al Cerro del Tepeyac.

“¡Flores, flores para la virgen!”, “¡Veladoras!” Para aquellos que no iban con todo preparado desde sus casas, la venta de estos artículos era primordial, al tratarse de ofrendas y mandas, respectivamente, para dejar a la virgen.

Aunque fluido, el acceso a la capilla de Belén requirió este domingo de varios minutos de espera. Al interior, colaboradores de la iglesia recordaban la necesidad de la sana distancia y del recudido aforo para cuidar de la salud.

Como el sábado, una valla metálica separó el retablo de la virgen y Juan Diego de los asistentes. Para aquellos que hasta 2019 acostumbraban acercarse a lo más posible a la imagen mariana y dejarle veladoras, frutas, flores y demás ofrendas, ahora no fue posible dejar nada más que las esperanzas y fe por las peticiones o agradecimientos hechos.

En las afueras de la capilla, la única abierta en tanto el santuario sigue cerrado, la visita se complementó con unas memelitas, una barbacoa, el chocolote-atole, molotes, empanadas, panes e infinidad de antojitos tradicionales en los puestos.

La verbena, con permiso a medias, acaparó el Paseo Juárez el Llano para recibir a los visitantes y peregrinos este 12 de diciembre. Y como en toda festividad popular, los juegos mecánicos se sumaron como atractivo para que pequeños y adultos disfrutaran de la jornada.