Al río San Felipe llegan 100 descargas sanitarias
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Al río San Felipe llegan 100 descargas sanitarias

Habitantes que arrojan desechos al afluente argumentan contar con el permiso de la autoridad municipal


Al río San Felipe llegan 100 descargas sanitarias | El Imparcial de Oaxaca

“Las aguas negras nos están invadiendo por todos lados” y “hay permisos del gobierno”, exclama Beatriz Esesarte, habitante de la ciudad de Oaxaca sobre las casi 100 descargas sanitarias a uno de los tres ríos que pasa por la capital: el San Felipe, así como su cuenca.

El afluente que recorre de la parte norte hacia la sur a Oaxaca de Juárez no se salva de este problema y otros que aquejan a ríos mayores como el Atoyac o el Salado. Y aunque la situación se ha denunciado ante los tres órdenes de gobierno, el problema persiste.

Con un proyecto costeado por vecinos, Esesarte señala que en los 16 kilómetros del río se detectaron 96 descargas de aguas negras. Un proyecto elaborado por la asociación Vive la Calzada —de la que es parte— detalla que 65 de esas descargas están en la cuenca alta-media del río, desde el nacimiento del río hasta los Arcos de Xochimilco.

14 descargas se ubican en el río Blanco (parte de la cuenca del San Felipe y que se une a este en inmediaciones de la colonia La Cascada). Las otras 17 están en el tramo de los arcos hasta la carretera panamericana, en torno a la zona donde opera el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“¡Es un crimen!”, exclama Esesarte, quien agrega que para detectar estas descargas la asociación civil pagó la renta de un dron y demás aparatos o tecnología para identificar su localización. Y así decirle “al gobierno mire: aquí están las 96 descargas, estas son”.

Las descargas empiezan desde la parte norte de la cuenca. “Todo está lleno de descargas autorizadas”, lamenta Beatriz, quien junto a compañeros de la asociación acudió a ver a los 96 vecinos para pedir su ayuda, a fin de no contaminar más el río. Pero estos les “dijeron que tienen permiso de las autoridades”.

No ocurrió nada, refiere, pese a haber denunciado la situación ante el ayuntamiento capitalino, a Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO) y a la Comisión Nacional del Agua (Conagua).