Niegan ambulantes ser la causa del fracaso del comercio formal
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Niegan ambulantes ser la causa del fracaso del comercio formal

Los ambulantes pide prudencia a los establecidos, porque al final el cliente es quien decide en donde dejar su dinero


Niegan ambulantes ser la causa del fracaso del comercio formal | El Imparcial de Oaxaca

Comerciantes ambulantes lamentan las acusaciones que les hace el comercio formal, sobre la debacle comercial en el Centro Histórico de la capital, de la cual, afirman no toda es su responsabilidad.

“No es cierto que por nosotros cierren los comercios, pues son sus ambiciones de esos empresarios que los lleva a la quiebra, nadie les brinda estacionamiento a los clientes y mucho menos precios accesibles”, expone Rosario Martínez, vendedora de temporada.

Consultada luego de que varios comerciantes con años de operación en las primeras calles del centro de la ciudad de Oaxaca, condena la ola de acusaciones, al sostener que son ellos los que acabaron con las ventas.

“Yo vendo camisetas y calcetines, un par te sale en 8 pesos y 3 pares por 25 pesos, una playera sencilla en 90 pesos, pero pregunta en la bonetería, la más barata te la dan en 150 pesos y el par de calcetines en 60 pesos”, advierte.

“Ahora yo te pregunto, ¿tú crees que como está la economía ahorita, las personas compren en las tiendas de marca?, si aparte deben pagar otros 25 pesos de estacionamiento o gastan más gasolina dando vueltas para encontrar un espacio, claro que no, ya nadie viene a comprar al centro”, responde.

Aunque sobre la calle de Las Casas esquina Flores Magón se observa un intenso flujo de personas, pocas ingresan a los comercios establecidos y quienes lo hacen, no siempre salen con mercancía.

“No es por molestar, pero son ellos solitos los que se pusieron la soga en el cuello, no te dan descuento y aparte tratan mal al cliente, si todos sabemos que vivimos de los capitalinos y algunos paseantes nacionales”, expone.

Con la mujer de unos 45 años, coincide Ismael González, otro vendedor informal quien con la venta de fruta en su triciclo llega a reunir hasta 400 pesos al día, “pero eso sí es una friega, porque empezamos desde las 04 horas y terminamos antes de media noche”.

Admite que son competencia desleal, porque no pagan impuestos como quienes tienen un local comercial, pero lo justifica con los pesares que debe pasar para vender y expender cosas de calidad y con higiene.

Pero también pide prudencia a los establecidos, dado que al final el cliente es quien decide en donde dejar su dinero, “como bien decimos el sol sale para todos y mejor nos ponemos a trabajar y a quejarnos menos”, detalla.

Aquí hay de todo, desde el cliente que te quiere chingar y te da un billete falso, hasta el que te avienta la fruta porque no le supo buena y quiere otra, pero la viene a dejar cuando ya se comió la mitad y eso no se vale, argumenta.