Valles Centrales, un foco rojo para las mujeres
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Valles Centrales, un foco rojo para las mujeres

ONG reporta la desaparición de 228 mujeres en lo que va de la presente administración


Valles Centrales, un foco rojo  para las mujeres | El Imparcial de Oaxaca

En Oaxaca, la desaparición de mujeres ha crecido hasta en un 585% con relación al sexenio anterior, alertó la organización Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad en Oaxaca. Tan sólo de diciembre de 2016 a mayo de 2018, se han contabilizado 228 casos de mujeres desaparecidas y en las cuales las instancias de investigación y procuración de justicia, no han dado resultados concretos. Desde el punto de vista del organismo defensor de los derechos humanos, la desaparición de mujeres es quizá uno de los hechos más violentos no solo contra las mujeres sino también contra sus familias y seres queridos. Aunado a que el hecho, genera la incertidumbre de no conocer el paradero de sus hijas, madres, esposas, hermanas, ni si éstas viven o están muertas. La desaparición de personas ha aumentado en los años recientes en el país y ello ha impactado también en el número de mujeres y niñas en esta condición. Según la ONG, la región de Valles Centrales es en donde se ha registrado el mayor número de casos de desaparición de mujeres al acumular 143, seguido de la región del Istmo con 28, Mixteca con 16 casos y Costa con otros 16 situaciones. Consorcio expone que de acuerdo a estudios diversos, en muchos casos, la desaparición está ligada a la trata de personas y a la industria del comercio sexual, por lo que la búsqueda de personas desaparecidas se ve obstaculizada por el hecho de que la ley señala que hay que esperar 72 horas para interponer una denuncia por desaparición, tiempo que puede ser determinante para evitar este hecho o incluso la muerte de mujeres.
Un caso, entre mil

Muchos quieren escuchar que mi hija andaba en malos pasos pero no es así. De ninguna manera. Ella amaba mucho su estudio porque sabía todo lo que nos costaba mandarla a la universidad, relata una madre desconsolada por no saber el paradero de su hija. Nosotros somos gente de campo: mi marido se levanta a las cinco de la mañana para ir a cortar su pastura para las vacas y yo vendo comida en el mercado, explica. Sostiene que se han privado de muchas cosas para ahorrar y pagar los libros y las cooperaciones que le piden a su hija en la escuela. Y a quien le faltaba un año para terminar su carrera y esa mañana, la última que la vimos, que nos dijo “al rato regreso” lo que hizo fue tomar un taxi, tenemos testigos que la vieron tomarlo y nunca llegó a la escuela.

Yo no sé dónde está mi hija pero yo la voy a seguir buscando hasta debajo de las piedras porque es un regalo que la vida me dio y no la quiero perder; los del gobierno no la buscan porque yo soy pobre pero si fuera la hija de un rico ya estarían moviendo cielo, mar y tierra para, lamenta.


aa

 

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