El mercado Ignacio Zaragoza alberga a poco más de mil comerciantes que tienen sitiado los accesos de este recinto comercial, situación que se vuelve más riesgosa.
Este inmueble está compuesto por nave principal, nave menor, fondas y lagunilla donde están distribuidos los comerciantes que expenden una serie de productos.
Pero en el área de fondas y tortillerías, que se ubican sobre la calle Mazatlán, implica un riesgo por el material que ocupan para los alimentos.
Saúl Ramírez, representante vecinal, expresó que el mercado desde hace muchos años ha estado mal diseñado y sin un plan de reordenamiento.
Si bien es cierto, expresó que la autoridad hace su trabajo, pero debido a la falta de conciencia entre los comerciantes que no se alinean y aparte tampoco dejan despejado los accesos para que tanto ellos como los consumidores puedan salir en caso de un sismo o incendio.
En esta administración hemos visto que hay un poco más de orden; sin embargo, es un problema añejo que no se puede cambiar porque ya hay espacios que fueron comprados y otros cedidos por los anteriores expresidentes municipales”, concluyó.
