El norte de Vietnam se encuentra en estado de alerta debido a la llegada del tifón “Yagi” que golpeó la zona este sábado, desatando vientos de más de 150 km/h y provocando serias inundaciones.
Las autoridades locales ordenaron la evacuación de miles de residentes para evitar mayores daños, mientras que el Departamento de Meteorología de Vietnam reportó que el ojo del huracán pasó por la isla de Bach Long Vi, a unos 100 kilómetros de la costa, antes de tocar tierra en la ciudad de Haiphong, hogar de más de 2 millones de personas.
Typhoon Yagi has made landfall in Vietnam. This is in Hai Phong. The winds must be something else to shift those containers ?? pic.twitter.com/UBPbSH7olf
— Volcaholic ? (@volcaholic1) September 7, 2024
Según la agencia EFE, “Yagi” ha causado estragos significativos, incluyendo la caída de árboles, la destrucción de tejados y el daño a lámparas del alumbrado público. En respuesta a la emergencia, las autoridades han evacuado a aproximadamente 50,000 personas y movilizado a casi medio millón de soldados para las tareas de rescate. Además, cuatro aeropuertos, entre ellos el de Hanói, han suspendido operaciones, resultando en la cancelación de al menos 300 vuelos. La situación sigue evolucionando mientras equipos de emergencia trabajan para mitigar el impacto del tifón.
Las recomendaciones de las autoridades cobran mayor alarma, luego de que “Yagi” causara inundaciones y daños devastadores en China y Filipinas, en donde según informes han perdido la vida alrededor de 20 personas a causa de este fenómeno.
¿QUÉ ES UN TIFÓN?
Un tifón es un fenómeno atmosférico extremadamente destructivo, caracterizado por lluvias intensas y vientos que pueden superar los 200 kilómetros por hora.
Su estructura distintiva es circular, con lluvias concentradas alrededor de un centro calmado conocido como el “ojo”. A pesar de la calma en el ojo, el tifón produce vientos y lluvias intensas en un amplio radio, causando devastación en su trayectoria.
Este fenómeno puede arrasar áreas urbanas y naturales, resultando en graves consecuencias económicas, ecológicas y personales. Por lo tanto, es esencial que las regiones vulnerables a tifones cuenten con sistemas de monitoreo y preparación adecuados para mitigar su impacto.