Un domingo que parecía transcurrir pacíficamente en la zona peatonal de Pearl Street, en Boulder, se tornó en caos y horror cuando un hombre fue detenido por un ataque violento, calificado por el FBI como un “ataque terrorista dirigido”. Las autoridades confirmaron múltiples personas heridas, varias con quemaduras graves, tras un incidente aún bajo investigación.
La agresión se registró alrededor de las 13:00 horas locales (19:00 GMT) en un concurrido centro comercial al aire libre donde se realizaba una manifestación pacífica de la comunidad judía para exigir la liberación de rehenes retenidos por Hamás en la Franja de Gaza.
Víctimas con quemaduras: un ataque premeditado
El jefe de policía de Boulder, Steve Redfearn, declaró en rueda de prensa que “cuando llegamos a la zona, encontramos a varias víctimas con heridas consistentes con quemaduras”. Aunque fue enfático en no especular sobre las motivaciones del atacante, confirmó que el sospechoso ya fue detenido y se encuentra bajo interrogatorio.
“Sería irresponsable de mi parte especular sobre el motivo a estas alturas”, afirmó Redfearn, subrayando la gravedad del evento y el carácter sensible de la investigación en curso.
#Entérate | VIDEO ¡Terror y fuego en Boulder! Ataque en protesta prorrehenes deja múltiples heridos
Un ataque en un centro comercial de Boulder, Colorado, dejó varios heridos por quemaduras. FBI lo califica como “ataque terrorista dirigido” pic.twitter.com/gvHGyXBK2I— El Imparcial de Oaxaca (@ImparcialOaxaca) June 2, 2025
FBI: “ataque terrorista dirigido”
El director del FBI, Kash Patel, confirmó en redes sociales que el buró federal ya está colaborando en la investigación y calificó los hechos como un “ataque terrorista dirigido”, aunque no se ha determinado oficialmente si el atentado tuvo un trasfondo ideológico, político o religioso.
La Anti-Defamation League (ADL), organización que combate el antisemitismo, también confirmó que el ataque ocurrió durante un evento de la comunidad judía. Algunos de los heridos participaban activamente en la protesta pacífica a favor de Israel, según información preliminar.
Zona evacuada y clima de tensión creciente
Tras el incidente, varias cuadras de la zona comercial de Pearl Street fueron evacuadas por precaución. Boulder, conocida por su comunidad universitaria y ambiente liberal, enfrenta así un episodio violento que sacude su aparente tranquilidad.
Este suceso ocurre además en un contexto nacional en el que los ataques antisemitas han ido en aumento en Estados Unidos. La semana pasada, un incidente similar encendió las alarmas cuando un hombre fue detenido por asesinar a dos empleados de la embajada israelí mientras gritaba “Palestina libre”.
El gobernador de Colorado, Jared Polis, emitió un comunicado en el que aseguró estar “siguiendo de cerca” los acontecimientos y reiteró que “los actos de odio, de cualquier tipo, son inaceptables”. No se han difundido aún cifras oficiales sobre la cantidad exacta de heridos ni la identidad del agresor.
Crítica necesaria: ¿están preparadas las autoridades ante el aumento de la violencia política?
El incidente de Boulder vuelve a abrir el debate sobre la seguridad en espacios públicos durante actos políticos y religiosos. Así como el grado de preparación de las autoridades ante posibles ataques motivados por conflictos internacionales trasladados al terreno local.
Aunque el FBI y la policía de Boulder han reaccionado con rapidez, la creciente tensión política global. Sumada a discursos de odio en redes sociales y la polarización interna en EE.UU., parecen estar creando un clima propicio para estos hechos violentos.
Violencia que cruza fronteras
El ataque en Boulder no puede entenderse solo como un hecho aislado. Refleja cómo las fracturas internacionales, particularmente el conflicto entre Israel y Hamás, están teniendo repercusiones violentas en comunidades locales al otro lado del mundo.
Las autoridades deberán ofrecer respuestas pronto, pero también proteger espacios públicos en un contexto cada vez más tenso, donde la protesta pacífica se está convirtiendo en blanco de ataques.
Finalmente, la investigación continúa, y mientras tanto, Boulder —como muchas otras ciudades— deberá preguntarse qué tan segura está realmente su “zona de paz” en un mundo que arde.