El escenario político ecuatoriano se viste nuevamente de incertidumbre con la sorpresiva noticia del traslado de Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, desde la cárcel de Máxima Seguridad conocida como “La Roca” hasta el Hospital Militar de Guayaquil. El motivo detrás de este movimiento, según informes extraoficiales, sería una posible sobredosis por ingesta de medicamentos, aunque no se descarta un intento de suicidio por parte del político.
POSIBLE COMA INDUCIDO
La situación se desató luego de que las autoridades irrumpieran en la Embajada mexicana en Quito, donde Glas se encontraba detenido tras su arresto. Medios locales reportaron el traslado del exvicepresidente al Hospital Militar, con diagnósticos preliminares que indican un posible coma profundo autoinducido por la ingesta de medicamentos ansiolíticos, antidepresivos y sedantes.
La asambleísta electa Ana María Raffo G, desde el Hospital General Naval, responsabilizó al gobierno de Daniel Noboa por la seguridad e integridad física de Glas, instando a la comunidad internacional a mantenerse vigilante ante la situación. Mientras tanto, videos del fuerte operativo policial muestran el traslado de Glas desde el hospital hasta “La Roca”, aunque no se ha confirmado oficialmente su recuperación.
DENUNCIAN VIOLACIÓN A SUS DERECHOS
Por otro lado, los abogados de Glas han denunciado que ha permanecido incomunicado durante más de 48 horas, justo antes de su traslado. Esta situación violaría su derecho a la defensa y a la comunicación ininterrumpida con sus representantes legales, según lo establecido en el Artículo 76. La abogada Sonia Vera García ha manifestado que este aislamiento se extendió también a los abogados internacionales y familiares de Glas, considerándolo una amenaza a su seguridad y bienestar, así como una violación a los principios básicos de los derechos humanos.
La situación de Jorge Glas plantea interrogantes sobre su estado de salud física y mental, así como sobre las condiciones de su detención y los derechos que le asisten como detenido. Mientras tanto, en Ecuador y más allá, la atención se centra en el desenlace de este drama político y judicial que ha mantenido en vilo al país sudamericano.
