El empresario Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, SpaceX y la red social X, arremetió este martes contra Peter Navarro, exasesor comercial del expresidente Donald Trump, a quien calificó de “imbécil” y “más tonto que un saco de ladrillos”, en medio de un creciente enfrentamiento sobre la política arancelaria de Estados Unidos.
El cruce de declaraciones se originó tras una entrevista de Navarro en la cadena CNBC, donde desestimó el papel de Musk como fabricante de automóviles, afirmando que Tesla “no fabrica autos”, sino que simplemente los ensambla utilizando piezas importadas desde Asia. “Lo que queremos, y aquí es donde diferimos con Elon, es que se fabriquen neumáticos y motores en Estados Unidos”, declaró Navarro.
La respuesta del magnate no se hizo esperar. A través de un video publicado en su plataforma X, Musk acusó a Navarro de mentir deliberadamente y defendió el compromiso de Tesla con la producción nacional. “Navarro es realmente un imbécil. Lo que dice aquí es falso y es fácil de demostrar. Tesla es la automotriz con mayor contenido estadounidense en sus vehículos”, afirmó Musk.
El empresario también ironizó sobre la reputación académica del exasesor de Trump: “Un doctorado en Economía de Harvard es malo, no bueno”, dijo, en referencia a Navarro, quien ha sido ampliamente criticado por usar en sus publicaciones a un supuesto experto llamado “Ron Vara”, un personaje ficticio creado por él mismo cuyo nombre es un anagrama del suyo.
Choque ideológico
El enfrentamiento entre Musk y Navarro refleja las profundas divisiones dentro del ala económica cercana al expresidente Trump. Mientras Navarro continúa defendiendo una política comercial proteccionista que impone aranceles a productos extranjeros para incentivar la manufactura local, Musk promueve un enfoque más globalista, llegando incluso a proponer la creación de una zona de libre comercio entre Estados Unidos y Europa.
La tensión se intensificó tras el anuncio del 2 de abril de nuevos aranceles recíprocos por parte del gobierno estadounidense contra sus principales socios comerciales, medida que Musk calificó como “perjudicial para la economía y la innovación”.
A pesar de no tener un cargo oficial en el gobierno, Musk lidera actualmente el autodenominado “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE), una iniciativa paralela con influencia creciente dentro de ciertos círculos del poder en Washington.
Un conflicto que escala
El conflicto verbal entre Musk y Navarro pone en evidencia la lucha por el rumbo económico del país en un momento de creciente incertidumbre global. Para algunos analistas, este tipo de enfrentamientos públicos podría tener repercusiones en la política comercial estadounidense, especialmente de cara a las elecciones de 2026.
Mientras tanto, Musk continúa utilizando su plataforma X como tribuna para marcar distancia con las políticas que considera retrógradas y contrarias al progreso tecnológico. La última palabra, sin embargo, aún está lejos de ser dicha.