El multimillonario Elon Musk ha vuelto a generar polémica, por un mensaje en la red social X (antes Twitter), en el que sugiere que los empleados del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), organismo recientemente vinculado a la administración de Donald Trump, deben trabajar 120 horas semanales, un modelo que supera ampliamente las tradicionales 40 de jornada laboral.
Este planteamiento se enmarca dentro de la postura de Musk contra el teletrabajo y la conciliación laboral, posicionándose firmemente a favor de un trabajo extremo y sin concesiones.
En su publicación, Musk comparó a los empleados de DOGE con los funcionarios públicos tradicionales, a quienes calificó como “opositores burocráticos”, un intento de desacreditar las prácticas administrativas convencionales que, según él, frenan el progreso y la eficiencia.
CONDICIONES LABORALES EN DOGE: JORNADAS INTERMINABLES Y TRABAJO SIN REMUNERACIÓN
El DOGE fue creado con la misión de reducir costos dentro de la administración federal. No obstante, se ha enfrentado a una avalancha de quejas por sus prácticas laborales poco convencionales.
De acuerdo con informes de medios estadounidenses, Musk no solo impone jornadas laborales extremadamente largas, sino que también ha promovido el trabajo no remunerado.
En noviembre, DOGE lanzó una convocatoria dirigida a personas con un “coeficiente intelectual muy alto” dispuestas a trabajar más de 80 horas semanales sin recibir sueldo. Musk defendió esta medida afirmando que el trabajo sería “tedioso” y causaría “muchos enemigos”, pero que era esencial para eliminar el “despilfarro” gubernamental y lograr eficiencia en la administración pública.
La iniciativa ha generado fuertes críticas debido a las condiciones laborales que impone, especialmente cuando se conoce que entre los empleados de DOGE se encuentran ingenieros de solo 19 años, lo que ha desatado preocupaciones sobre la posible explotación laboral.
Mientras algunos sectores ven en este modelo un intento de modernizar y hacer más eficiente la administración pública, otros advierten que estas políticas podrían estar violando derechos laborales fundamentales.
Este modelo de trabajo, impulsado por Musk, podría derivar en acciones legales contra él y el departamento, pues las prácticas de trabajo sin salario y las jornadas extremas plantean serios cuestionamientos en cuanto a la protección de los derechos de los trabajadores.
El debate sobre las propuestas de Musk entorno a la productividad laboral sigue generando opiniones divididas, con algunos defendiendo su visión de una administración más eficiente y otros alertando sobre las implicaciones éticas y legales de sus políticas laborales.