En una nueva ofensiva contra el crimen organizado transnacional, el gobierno de Estados Unidos impuso este lunes 9 de junio sanciones económicas y recompensas de hasta 10 millones de dólares por información que lleve a la captura de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijos prófugos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Ambos son señalados por las autoridades como líderes activos de Los Chapitos. Una facción del Cártel de Sinaloa considerada uno de los principales distribuidores de fentanilo hacia Estados Unidos. Sustancia responsable de una devastadora crisis de sobredosis.
Los Chapitos: el nuevo rostro del narcotráfico
El Departamento del Tesoro de EE.UU. señaló que esta célula criminal no solo mantiene una estructura de tráfico internacional de drogas, sino que también opera redes de extorsión, lavado de dinero y asociaciones empresariales criminales con base en Mazatlán, Sinaloa.
En paralelo, el Departamento de Justicia reiteró que “Los Chapitos” son herederos del legado violento y multimillonario que dejó su padre, Joaquín Guzmán Loera, condenado en 2019 a cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad. Por delitos relacionados con el narcotráfico, lavado de dinero y crimen organizado.
“Estamos ejecutando el mandato presidencial de eliminar por completo a los cárteles de droga y enfrentar a líderes violentos como los hijos de ‘El Chapo’”, afirmó Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE.UU., en un comunicado.
Recompensas y prisión para otros miembros del clan
Mientras Iván y Jesús Alfredo permanecen prófugos —con indicios de que aún se encuentran en territorio mexicano—, otros dos hijos de Guzmán Loera, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, ya se encuentran bajo custodia en Estados Unidos.
Ovidio, capturado en enero de 2023 tras un violento operativo en Culiacán, fue extraditado a EE.UU. ese mismo año. En tanto, Joaquín Guzmán López enfrenta múltiples cargos en Chicago. Y la fiscalía federal informó en mayo que no buscará la pena de muerte en su contra.
El fentanilo: el negocio mortal del Cártel de Sinaloa
A lo largo de décadas, el Cártel de Sinaloa ha evolucionado desde el tráfico de cocaína y marihuana. Hasta convertirse en el principal proveedor de opioides sintéticos. En especial fentanilo, un narcótico 50 veces más potente que la heroína. El cual ha cobrado decenas de miles de vidas anualmente en EE.UU.
Esta alarmante expansión llevó al gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, a designar al Cártel de Sinaloa como una organización terrorista extranjera en febrero pasado. Lo que habilita mayores recursos legales y financieros para perseguir sus operaciones globales.
Crítica y presión sobre México
Las sanciones y recompensas lanzadas por Washington también renuevan la presión sobre el gobierno mexicano. El cual ha sido criticado por su incapacidad para frenar la operación de “Los Chapitos”, pese a operativos anteriores y detenciones parciales.
Aunque se ha logrado la captura de figuras clave como Ovidio Guzmán, los arrestos selectivos no han logrado desmantelar la estructura criminal, que continúa operando con impunidad en varias regiones del país, particularmente en Sinaloa, Durango y Sonora.
A manera de conclusión
Las acciones del gobierno estadounidense reafirman su postura de cero tolerancia frente a los cárteles mexicanos, especialmente aquellos involucrados en la epidemia del fentanilo. Con recompensas millonarias y nuevas sanciones financieras, la Casa Blanca busca asfixiar las finanzas de los herederos del imperio criminal de “El Chapo” y, eventualmente, llevarlos ante la justicia.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas dependerá de la cooperación binacional y de la capacidad del gobierno mexicano para actuar con firmeza, transparencia y determinación frente a uno de los grupos criminales más poderosos y violentos del hemisferio.