Por ello, este tipo de tours va mucho más allá de ir simplemente a comer, se trata de toda una experiencia que deleitará todos los sentidos, incluyendo el alma misma. ¿Por qué todo amante de la comida, tanto local como internacional, debe experimentar la emoción de asistir a un food tour? ¡Despejemos estas interrogantes!
Descubriendo sabores auténticos y locales
A diferencia de los tours turísticos tradicionales donde los lugares para degustar están limitados a muy pocas opciones enlistadas, los food tours son una auténtica puerta de entrada a la autenticidad culinaria de un lugar. De esta manera, los entusiastas de la gastronomía contratan un servicio de food tours, y visitarán desde restaurantes, mercados y pequeños locales recomendados por guías gastronómicos locales. En estas giras gastronómicas, como el Mexico City food tour, permiten a las personas probar platos icónicos y únicos, desde los clásicos tacos de la ciudad, como el de pastor, suadero y barbacoa, hasta carnes cocinadas y sazonadas con ingredientes prehispánicos. Y como sazón extra para agregarle el sentido de aventura y emoción, los lugares a visitar no son previamente enlistados, sino que el tour lleva a las personas a los locales gastronómicos que tienen el mejor menú ese día.
Se aprende sobre cultura e historia a través de la comida
Es indudable que la comida es un reflejo de la historia y la cultura de un lugar, y los food tours combinan degustaciones con relatos fascinantes. Un hecho a destacar es que en los tours culinarios que se hacen en México se suelen compartir anécdotas gastronómicas de la era maya, lo cual conecta los platos que se están consumiendo con historias vívidas. Esta combinación de aprendizaje y degustación transforma cada bocado en una lección cultural, enriqueciendo enormemente la experiencia del viaje.
Conocer personas y crear conexiones
Los food tours crean un entorno único para socializar y conectar con otros amantes de la comida. Al reunir pequeños grupos, se fomentan interacciones significativas entre viajeros y guías. Estas interacciones no solo crean un ambiente social, sino que también pueden surgir recomendaciones valiosas para ir a comer, además de aumentar las posibilidades de conocer nuevas amistades, especialmente para aquellas personas que viajan solas.
Adaptabilidad a necesidades dietéticas
Los food tours se pueden adaptar perfectamente a una gran variedad de gustos, así como también, a necesidades gastronómicas especiales. En efecto, muchas empresas, como Sherpa Food Tours, ofrecen opciones vegetarianas y adaptaciones para aquellas personas que tienden a sufrir alergias con determinados ingredientes o tienen una digestión lenta, asegurando así que todos puedan disfrutar. Así, en caso de platos que incluyan carnes, se sustituyen por alternativas vegetarianas o ensaladas frescas para facilitar la digestión. Esta inclusividad permite que personas con restricciones dietéticas degusten sin preocupaciones.
Experiencias inmersivas y sostenibles
La sostenibilidad es una prioridad en el turismo culinario, y los food tours reflejan esta tendencia. De hecho, los destinos gastronómicos elegidos suelen destacarse por su compromiso con la sostenibilidad y prueba de ello es el uso de ingredientes locales y de temporada. Cuando los tours se realizan en mercados, los platos a consumir se hacen con productos frescos y artesanales, apoyando de esta manera a los productores locales. Estas experiencias no solo son deliciosas, sino que también impactan positivamente en las comunidades, ofreciendo a los participantes una forma consciente de disfrutar la comida.