Limpiar la grasa de la estufa después de freír puede convertirse en una tarea desafiante, pero con el truco adecuado, puedes lograrlo de manera efectiva y sin complicaciones. A continuación, te mostramos cómo hacerlo utilizando un método sencillo y eficaz que utilizan expertos en limpieza:
Paso 1: Elimina el exceso de grasa inmediatamente Cuando termines de freír alimentos, es importante que limpies de inmediato las salpicaduras de grasa para evitar que se enfríe y se vuelva más difícil de eliminar. Utiliza una toalla de papel para retirar el excedente de grasa, pero evita usar un trapo húmedo, ya que esto puede contaminar el agua.
Paso 2: Deja que el aceite se enfríe Una vez que hayas terminado de cocinar, deja que el aceite se enfríe por completo. Luego, puedes retirarlo con una servilleta o papel. Si hay demasiado aceite, guárdalo en un recipiente de vidrio para usarlo posteriormente, pero nunca lo viertas por el desagüe y lo combines con agua.
Paso 3: Aplica el truco de limpieza con bicarbonato de sodio Si tu estufa está cubierta de grasa y suciedad difícil de eliminar, puedes utilizar el truco de limpieza más eficaz que existe: bicarbonato de sodio y agua.
- Mezcla bicarbonato de sodio con suficiente agua para formar una pasta espesa.
- Aplica la pasta directamente sobre las áreas grasientas de tu estufa.
- Deja reposar la pasta sobre la grasa durante 15-20 minutos para que ablande y afloje la suciedad.
- Usa un paño húmedo para frotar suavemente las áreas y eliminar la grasa.
- Limpia cualquier residuo con un paño húmedo y seca con un trapo limpio y seco.
Con este sencillo truco, podrás eliminar la grasa de tu estufa de manera efectiva y dejarla impecable después de freír alimentos. Incorpora este método a tu rutina de limpieza y disfruta de una cocina reluciente en todo momento.