Afeitado: errores y cuidados

El afeitado en una práctica habitual en hombres y mujeres. Sin embargo, hay quienes aún cometen ciertos errores que causan agresiones sobre la piel. Si bien parece una rutina sencilla, con la que muchos ya están familiarizados, siempre hay riesgos cuando no se hace de manera correcta.

Según información de la Asociación Americana de la Academia de Dermatología, más allá de las máquinas de afeitado, lo que puede causar molestias es una mala técnica y la preparación para el procedimiento. Por lo tanto, es conveniente corregir los errores y aplicar algunos cuidados.

Errores mas comunes en el afeitado

Uno de los errores más frecuentes durante el afeitado es pasar la cuchilla en cualquier dirección. No obstante, al hacerlo de este modo, es necesario realizar más pasadas por la misma área para poder retirar la totalidad del pelo. En consecuencia, aumenta la irritación en la piel.

Es conveniente tener en cuenta que la acción de afeitarse causa agresiones porque retira las células más superficiales de la piel antes que sean eliminadas de manera espontánea y fisiológica. Por lo tanto, es conveniente afeitar en la dirección en que crecen los vellos.

Ahora bien, otro error es no tomarse el tiempo necesario para preparar la piel antes de empezar el afeitado. Antes de empezar, es primordial limpiar la piel para minimizar el riesgo de agresión. Además, una vez finalizado el proceso, se debe humectar para conservar la función de la barrera cutánea.

En última estancia, nos encontramos con aquellos que emplean cuchillas en mal estado o desgastadas. Es erróneo emplearlas, pues pueden causar cortes, irritación y mayor riesgo de infección. Además, es necesario aplicarles más fuerza para que corten el vello.

¿Cómo preparar la piel antes del afeitado?

En primer lugar, hay que considerar que no es conveniente realizar el afeitado recién levantados de la cama. Luego de dormir, la piel del rostro es más sensible a los efectos de las cuchillas, lo que puede aumenta el riesgo de cortes y reacciones indeseadas. Además, la piel está edematizada.

Es necesario humedecer y reblandecer los vellos para que no tengan tanta resistencia a la cuchilla. Con esto, se disminuyen las probabilidades de traumatismos cutáneos. Así pues, primero hay que limpiar la piel con un producto adecuado y agua fría o tibia.

Cuanto más preparada esté la zona que se quiere afeitar, más fácil deslizará la cuchilla para realizar el corte. Si hay menos pasadas, también disminuyen las irritaciones.

Tipos de piel

Cada piel es diferente; por ende, los productos o cuidados que se les aplica también varía.

• Piel sensible o seca: debe ser tratada con antelación al afeitado para evitar irritaciones posteriores, por ejemplo, usando espumas de afeitar. Luego del rasurado, es bueno utilizar productos aftershave.
• Piel grasa o con acné: en lo posible, es mejor usar geles y cremas específicas para este tipo de piel. Además, en el afeitado son útiles los productos oil free.

El proceso de afeitado

La espuma o crema de afeitar que se utiliza es muy importante. Hoy en día, ambas son las más empleadas por su inocuidad y comodidad. Brindan la lubricación necesaria para reducir la fricción entre la cuchilla y la piel.

Una vez que se inicia el rasurado, se debe proceder con calma y dedicando el tiempo necesario, ya que es un proceso delicado que debe realizarse con tranquilidad y suavidad.

También hay que tener en cuenta que el hecho de generar más presión con la cuchilla no indica tener mejores resultados; por lo contrario, la piel sufrirá  más.

Cuidados posteriores

En este momento, la humectación también es importante. Se recomienda utilizar productos aftershave, ya que no causan alergia debido a su contenido de compuestos emolientes que actúan sobre la piel para favorecer la restauración de la barrera cutánea.

Con estos productos lo que se busca es contrarrestar el efecto agresivo que se ocasiona el rasurado en la piel y, a su vez, generar una sensación agradable, ya sea por la acción humectante o la fragancia.

Por último, es mejor evitar el afeitado diario. Hacerlo todos los días impide que la piel tenga un tiempo prudente para recuperarse de las agresiones externas. Así pues, es conveniente esperar al menos dos días para repetirlo.