El relato "Memorias de una novelista" celebra el 140 aniversario del nacimiento de Virginia Woolf
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El relato “Memorias de una novelista” celebra el 140 aniversario del nacimiento de Virginia Woolf

Este 25 de enero se cumplen 140 años del nacimiento de la escritora inglesa Virginia Woolf


El relato “Memorias de una novelista” celebra el 140 aniversario del nacimiento de Virginia Woolf | El Imparcial de Oaxaca
Imagen ilustrativa: internet

Este 25 de enero se cumplen 140 años del nacimiento de la escritora inglesa Virginia Woolf, autora que no solo cambió la forma de escribir prosa a principios del siglo XX, sino que se ha convertido en un punto de referencia para muchas feministas. Sus libros, protagonizados por mujeres que se cuestionan su papel en la sociedad, siguen editándose en decenas de lenguas, y este mismo jueves, coincidiendo con el aniversario, Nórdica publica Memorias de una novelista, uno de sus primeros relatos. 

Un texto de poco más de 40 páginas que Woolf escribió a los 24 años y que, según explica a Efeminista su traductora, la filóloga Blanca Gago, “fue su primer intento de escribir ficción”: “Este fue su primer libro de cuentos, que se llamó como este relato, Memorias de una novelista. Eran una serie de relatos bastante homogéneos que apuntan ya su estilo y su temática, con las mujeres siempre en el punto de mira”.

Criticar la biografía

El relato presenta a la señorita Linsett, una mujer que, tras la muerte de su amiga, la señorita Willatt, en octubre de 1884, siente que “el mundo tenía derecho a saber de una mujer tan admirable como retraída”, por lo que decide escribir su biografía. Dos adjetivos que, como señala Woolf, revelan que ese libro sobre su vida nunca habría sido su deseo.

“Virginia Woolf quiso jugar con los límites entre la realidad y la ficción”, apunta Gago. “Woolf crea dos personajes femeninos que son el contrapunto del otro y, a partir de ahí, se sirve de la sátira para criticar cómo se escribían biografías en el siglo XIX, con ese lenguaje pomposo y adulador para homenajear al fallecido”.

“Virginia cuestiona esas convenciones que llegan a ser ridículas”, añade la traductora. “Y también el derecho de las personas, por muy amigas que fueran del muerto, de dar a conocer al mundo detalles que ellos escriben, al final, desde su punto de vista”.

“Aun hoy, todas sus cuestiones y críticas siguen vigentes, se pueden trasladar a esta época”, dice Gago.

Para Gago, Woolf “fue una adelantada a su tiempo”: “Resulta increíble ver cómo vislumbró temas que aun hoy siguen candentes, como el papel de la mujer en la sociedad, la desigualdad o la crítica a las convenciones literarias…. Hay muy pocas voces que sean hoy tan transgresoras como la suya”.

“Sus ensayos se citan porque sus temas aun hoy preocupan y se investigan», apunta la traductora. “Creo que ella no imaginó la influencia que tendría años después. Es un caso único, nos sigue explicando el mundo”.

Una vida marcada por los abusos

Nacida en Londres el 25 de enero de 1882 como Adeline Virginia Stephen, esta escritora hija de historiador y enfermera cultivó desde muy joven su pasión por la lectura gracias a los volúmenes que llenaban la biblioteca victoriana de su familia.

Se la recuerda como una niña curiosa, pero infeliz: su madre murió cuando ella era adolescente y sufrió abusos sexuales por parte de sus hermanastros. Ya entonces aparecieron los primeros problemas mentales, que se agravaron con la muerte de su padre, provocando su ingreso en un centro psiquiátrico.

Tras eso, ella y sus hermanos se mudaron a Bloomsbury, donde conocieron al grupo de intelectuales con el que acabarían conformando el Círculo de Bloomsbury. Una sociedad que integraban, entre otros, el novelista E.M. Forster, el economista Keynes o el ensayista Leonard Woolf, con quien se casó en 1912.

En 1917 Woolf escribió su primera novela, Fin de Viaje, y fundó junto a su marido la editorial Hogarth Press. En 1922 conoció a la escritora Vita Sackville-West, inspiración de su novela Orlando, que más tarde se convertiría en su amante.

Los años siguientes publicó las obras que la encumbraron, como Al faro o el ensayo Una habitación propia, una reflexión sobre las circunstancias que impiden la emancipación femenina. 

Woolf siguió escribiendo y participando en conferencias en colegios y universidades hasta que, en 1941, acabó con su vida.