La guerra comercial desatada por el expresidente Donald Trump al imponer aranceles al aluminio y al acero sigue generando repercusiones en la economía global. A pocos días de que entren en vigor los aranceles recíprocos en abril, expertos señalan que las medidas de respuesta de los países afectados impactarán de manera significativa a millones de trabajadores estadounidenses, particularmente a aquellos que votaron por Trump en las elecciones de 2020.
AMENAZA CUMPLIDA
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump amenazó con implementar aranceles a sus principales socios comerciales: México, China y Canadá. Además, los acusó de ser responsables de la crisis del fentanilo y de la migración. Si bien México y Canadá han logrado una pausa en los aranceles, el impacto sigue siendo evidente, sobre todo por la presión que Trump ha ejercido para avanzar en temas de seguridad, especialmente con México.
La situación se complica aún más con el anuncio de aranceles recíprocos contra los países europeos, quienes han respondido de manera similar, lo que amenaza con profundizar la guerra comercial. La respuesta de China y Canadá, junto con los países europeos, podría afectar a aproximadamente 7 millones de trabajadores estadounidenses, quienes laboran en empresas nacionales o internacionales que dependen de importaciones y exportaciones en países que enfrentan tarifas comerciales.
AFECTA A QUIENES VOTARON POR ÉL
Según un informe del New York Times, una gran parte de los afectados provendría de las zonas que tradicionalmente votaron por Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020. Se estima que 4.48 millones de personas de condados que favorecieron al republicano serán las más perjudicadas, frente a los 3.26 millones de personas que viven en condados que apoyaron a su rival, Kamala Harris.
Este panorama sugiere que, aunque no todos perderán sus empleos, las empresas para las que trabajan podrían verse seriamente afectadas por la disminución de ventas y ganancias.
REGIONES MÁS AFECTADAS
El análisis señala que las regiones más afectadas serán el Medio Oeste, el Sur y el Sureste de Estados Unidos, con industrias clave como la agricultura, el carbón, el petróleo y las autopartes enfrentando grandes retos. La industria manufacturera, una de las promesas más destacadas de Trump durante su campaña, también se verá golpeada por estas medidas arancelarias.
En un análisis realizado por el grupo de expertos Brookings, se argumenta que otros países podrían incluso considerar los condados que votaron por Trump como “víctimas” en sus represalias arancelarias. Robert Maxim, de Brookings Metro, señaló que estos países podrían pensar que, si Trump ha utilizado los aranceles para presionar, ellos también pueden hacer lo mismo, afectando directamente a las zonas que más lo apoyaron.
“Si creen que pueden intimidarnos, bueno, también podemos hacerles daño. Y, por cierto, sabemos dónde realmente importa”, advirtió Maxim.
A medida que los efectos de la guerra comercial se intensifican, las promesas de Trump de revitalizar la industria manufacturera parecen estar en riesgo, mientras que los trabajadores de las zonas más afectadas se enfrentan a un futuro incierto, afectado por las decisiones comerciales internacionales que han generado tanto apoyo como controversia en su país.