México registró un aumento significativo en la Inversión Extranjera Directa (IED) durante el primer trimestre del año, alcanzando los USD 20,312 millones, lo que representa un crecimiento del 12.8% respecto al mismo periodo de 2024, según datos preliminares publicados por la Secretaría de Economía.
El crecimiento de la IED está impulsado principalmente por la relocalización de cadenas de suministro, fenómeno conocido como nearshoring, que ha fortalecido sectores como el automotriz, manufacturero y tecnológico, particularmente en estados como Nuevo León, Jalisco y el Estado de México.
Entre los principales países inversores se encuentran Estados Unidos, Alemania, España y Canadá, concentrando más del 75% de la inversión total. La mayor parte de los capitales se dirigió a reinversión de utilidades (40.6%), nuevas inversiones (39.2%) y cuentas entre compañías (20.2%).
La Secretaría de Economía destacó que estos resultados reflejan “la confianza de los inversionistas extranjeros en el entorno económico del país, impulsado por su estabilidad macroeconómica, los tratados comerciales vigentes como el T-MEC y una posición estratégica frente a EE.UU.”
Sin embargo, analistas advierten que persisten desafíos, como la incertidumbre regulatoria en sectores como energía y minería, así como la inseguridad en algunas regiones, factores que podrían limitar el potencial de atracción de capital en el mediano plazo.
Economistas del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) coinciden en que el contexto político de cara a las elecciones presidenciales de 2024 también influirá en las decisiones de inversión, aunque ven con optimismo el desempeño del país en el corto plazo.