Humanidad lleva al borde de la extinción a las luciérnagas
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Humanidad lleva al borde de la extinción a las luciérnagas

Las actividades del hombre han impactado de manera directa el ecosistema de la fauna en todo el planeta, ello pone en riesgo a todas las especies.


Humanidad lleva al borde de la extinción a las luciérnagas | El Imparcial de Oaxaca

Las luciérnagas (Lampyridae), esos insectos que brillan en la oscuridad en todo el mundo, y que tienen un papel importante que desempeñar en sus ecosistemas locales (como polinizadores, depredadores o presas), están en peligro de extinción a causa de tres amenazas: la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y, sorprendentemente, la luz artificial, según expone un equipo de biólogos dirigido por la Universidad de Tufts en Massachusetts (EE. UU.) junto con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El nuevo estudio, en el que han participado 49 expertos en luciérnagas de todo el mundo y que ha sido publicado en la revista Bioscience, pone de relieve que de las más de 2.000 especies de luciérnagas que existen en el planeta, muchas especies se están enfrentando a la extinción, lo que conduciría a que uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza, ver el brillo de las luciérnagas por la noche, desaparezca.

¿Qué especies están en peligro?

Según Sara Lewis, bióloga de la Universidad de Tufts y autora principal del trabajo, la luciérnaga malaya, los gusanos luminosos del sur de Inglaterra, las luciérnagas sincrónicas de Malasia, o el fantasma azul de los Apalaches, todas ellas, especies de luciérnagas muy llamativas para los turistas, se están extinguiendo por la huella ecológica en aumento de la humanidad.

“Algunas especies se ven afectadas especialmente por la pérdida de hábitat porque necesitan condiciones específicas para completar su ciclo de vida”, aclaró Lewis.

Otras, como la luciérnaga oriental (la más común en Norteamérica) están proliferando, pero básicamente porque estos insectos pueden sobrevivir casi en cualquier lugar.

La pérdida de hábitat es la mayor amenaza, pero no la única.

Un hallazgo sorprendente del estudio fue que la contaminación lumínica se consideraba, a nivel mundial, la segunda amenaza más grave para las luciérnagas. La luz artificial puede interrumpir el ciclo natural de vigilia-sueño para todo tipo de organismos (incluidos nosotros, los humanos). ¿Qué impacto tienen en las luciérnagas? Para ellas, la luz interfiere en su ritual de cortejo, pues los machos confían en su bioluminiscencia para cortejar a posibles parejas y las hembras responden con destellos para mostrar que están de humor para la unión pero, esta ceremonia se ve obstaculizada por las luces LED ultrabrillantes que no cesan, ya sea provenientes de farolas, vallas publicitarias o de las propias casas; una iluminación más difusa que se extiende más allá de las ciudades y puede ser más brillante que la luna llena.

El estudio señaló que, siendo conservadores, más del 23% de la superficie terrestre del planeta experimenta actualmente cierto grado de brillo artificial por la noche.

Tanta luz no solo interfiere en sus señales de apareamiento, también interrumpe los patrones de alimentación de las hembras de algunas especies que brillan para atraer y comer machos.

El peligro del “turismo de luciérnagas”.

Lugares como Japón, Taiwán y Malasia han sido y son destinos que ofrecen como actividad recreativa la observación de las luces de algunas especies de luciérnagas. Sin embargo, debido a que se ha vuelto un ejercicio cada vez más popular, también está afectando al número de luciérnagas: luciérnagas no voladoras pisoteadas, lanchas a motor que erosionan y destruyen el hábitat…

Apocalipsis silencioso entre los insectos

Son tiempos difíciles para las luciérnagas (y los insectos, en general). Si bien el cambio climático no se considera una amenaza actual, el futuro aumento del nivel del mar y la sequía también podrían acelerar su desaparición. Está claro que se necesitan más estudios de monitoreo, con datos a largo plazo, para comprender en qué medida las poblaciones de luciérnagas están disminuyendo, pues la mayor parte de la evidencia científica sobre el número de luciérnagas es anecdótica, afirman los expertos.

“Nuestro objetivo con este estudio es poner este conocimiento a disposición de los administradores de tierras, los encargados de formular políticas y los entusiastas de las luciérnagas en todas partes. Queremos mantener a las luciérnagas iluminando nuestras noches durante mucho, mucho tiempo”, concluye Sonny Wong, coautor del estudio.

Los expertos en luciérnagas alientan a todo el mundo a unirse a grupos de monitoreo como Firefly Watch, un proyecto de ciencia ciudadana dirigido por la ONG Massachusetts Audubon Society, para ayudar en la tarea.


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