Oficialmente fue jurada como patrona de los oaxaqueños en el siglo XX, pero 200 años antes ya se le consideraba como tal. La Virgen de la Soledad, a la que se celebra cada 18 de diciembre en la capital del estado es esa imagen en torno a la cual se han contado y escrito historias sobre su llegada en siglo XVII, su templo es también una parada obligada en los recorridos turísticos y es un monumento histórico.
Para la investigadora Selene del Carmen García Jiménez (Oaxaca, 1982), la imagen, su santuario y todo lo referente a ella fueron motivos de una investigación de doctorado de 9 años, de los que también surgió el libro “Imagen, santuario, culto y patrocinio: la Virgen de la Soledad de Oaxaca, 1682-1819”.
“Necesitaba hacer algo sobre Oaxaca y decidí que la imagen (de la virgen) no estaba estudiada a fondo a partir de la historia del arte”, cuenta en entrevista la autora del libro publicado en este año por el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para este volumen de casi 500 páginas, García recurrió a fuentes primarias en archivos locales, nacionales e internacionales, pero la publicación del mismo, dijo, se debió al impulso otorgado por Leticia Valle Mijangos, secretaria de Arte y Cultura, y de Angélica Velázquez Guadarrama, directora del instituto.
Selene, quien también es investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, detalla que a partir de esta investigación y desde la disciplina de la historia del arte se analiza la portada de la basílica. También la iconografía de la virgen, ubicada al centro, y los cambios que tuvo. Así como a sus principales impulsores en los siglos XVI y XVII: comerciantes andaluces y vascos que se enfocaban en la grana cochinilla.
En el libro, “lo que podemos encontrar es el momento cuando fue jurada patrona, que ya es en el siglo XX con el obispo Eulogio Gillow, pero durante todo el siglo XVII y XVIII de facto se le nombró patrona de los oaxaqueños, podemos encontrar también en este libro el cambio de iconografía. Si vemos, en la portada principal (de la basílica) encontramos una imagen muy diferente a la que vemos en el interior, pero es parte de esas necesidades que tuvo la sociedad virreinal. Responde a las mismas necesidades de los oaxaqueños”.

La reconstrucción del retablo mayor, los sermones publicados en conmemoración de la dedicación del templo y de la celebración de la virgen, son otros de los temas abordados en este libro.
“Otra cosa interesante que podemos ver en este santuario es el patrono, Pedro de Otálora Carbajal. Es un personaje muy interesante, un clérigo que va a financiar toda esta portada y es un programa en conjunto. ¿Qué quiere decir esto? Que vamos a encontrar tanto la iglesia como el convento anexo, como el que ahora es (sede del) municipio de Oaxaca y es un proyecto también que se termina de manera muy rápida. Son pocos años a diferencia de otras iglesias de Oaxaca, quizá de la misma catedral”, cuenta la investigadora, quien también señala que aún hay mucho por indagar en torno a la celebración de la virgen y la basílica. Por ejercicio, lo que respecta al siglo XIX y al XX, cuando se jura como imagen, también sobre la coronación de la virgen.
El libro se presentó este año como parte de los festejos de los 492 años de que la otrora Villa de Antequera fue elevada a rango de ciudad, ahora Oaxaca de Juárez. También se presentó el pasado lunes en el Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.