Mi madre y yo: memorias de una historia callada es una novela autobiográfica que narra la relación de un hombre y su madre en una familia común de la Mixteca, con problemas, alegrías y penas, una obra literaria a través de la cual, los lectores se identifican en un encuentro de emociones.
“Esta obra es una inquietud personal. No me siento escritor, pero me gusta leer. Desde hace aproximadamente seis años, intenté escribir una historia de la vida mixteca; de lo que se vive en la región con sus propios personajes, cultura, tradiciones y con nuestras formas de ver la vida a través de personajes ficticios con hechos reales”, menciona Juan Diego Velasco Merlín, autor del libro.
PROCESO DE ESCRITURA
Mencionó que cuando comenzó a escribir la novela, su mamá era la primera persona que leía sus textos, pero cuando el destino decidió llevársela a otro plano existencial, la escritura fue su mejor tratamiento terapéutico en el proceso de duelo. “No es un libro fácil de leer, es un libro polémico, controvertido. La gente que lo ha leído se ha sentido totalmente identificada con la historia. Es una enseñanza, porque por muy complicada que sea la vida personal de alguien, hay que decir las cosas como son, asumir las cosas como son”.
Juan dice que a veces las personas maquillan las situaciones y muestran otra cara; muestran una sonrisa, pero por dentro hay dolor. La historia cuenta sobre su vida y cómo la vive al lado de su mamá; desde la infancia, hasta la adolescencia. En el año 2017, cuando su madre muere, el autor se toma dos años escribiendo el libro y al culminarlo, es cuando se da cuenta que realmente la partida de su mamá es definitiva.
“En el transcurso de tu vida estudias, trabajas y haces desprendimientos temporales de tu tierra, pero los mixtecos siempre regresamos a una fiesta o a estar con la familia. Todos esos reencuentros te vuelven a identificar y en definitiva sientes que ese ser querido ya no está. Ahora sigo teniendo encuentros con mi madre, mantenemos una comunicación”, expresó.
REENCONTRARTE CON TUS SERES QUERIDOS
Juan Diego señala que la presencia física es importante al mantener un vínculo afectivo con una persona, pero la ausencia es mucho más fuerte, es lo que te lleva a reencontrarte con tus seres queridos. “Encuentro a mi madre en todas partes, le gustaban mucho las plantas y es algo que me hereda. Cuando veo una flor, veo a mi mamá; entramos en una comunión”.
Comentó que, en las presentaciones de su libro, siempre invita a los jóvenes para que tengan muestras afectivas hacia su madre y busquen reencontrarla. “La mujer mixteca es una mujer comprometida con la vida, lucha porque sus hijos tengan trabajo, los defiende. A veces uno no le ha dado su lugar histórico. En esta sociedad machista, excluyente, egoísta, tenemos una deuda histórica con la mujer, es momento de reivindicarla”.
A un día de iniciar mayo, Juan invita a desprenderse de lo comercial, a evitar lo económico y a enfocar los lazos afectivos a través de sentimientos, abrazos, el decir aquí estoy, un te amo, un te necesito, un te extraño y un beso a las madres. “Esas son las mejores muestras de cariño que se le pueden dar a una madre, estando o no estando, siempre habrá una manera de reencontrarse”, apuntó.
