Que la gente aprenda el arte plumario y la expresión no desaparezca, son los objetivos del amanteca Eliseo Ramírez Guzmán. El originario de Tlaxiaco recoge en un libro sus apreciaciones sobre un arte con más de 3 mil años de antigüedad, según datos obtenidos de la Cabeza Colosal Número Siete, en la que se alude a la utilización de las plumas por la humanidad.
El autor del libro Arte plumario, la tecnología de un arte ancestral, impartió en Oaxaca su conferencia magistral 95 sobre el tema. La tarde del miércoles 25 de octubre, habló de la tradición que aborda en el volumen y cómo este arte ha estado en la vida imperial azteca y la actualidad.
Aunque la pieza que más se conoce el arte plumario es el llamado “Penacho de Moctezuma”, Ramírez expresa que las plumas pueden ser usadas en diferentes obras, sustituyendo así los poleos u otros materiales.
No obstante, reconoce que la práctica está en extinción, pues en México son pocas las personas dedicadas a ello, aproximadamente una treintena.
Quien al igual que los nacidos en Amatlán retoma el gentilicio de amanteca para aludir al oficio en el arte plumario, refiere que lo que se busca es preservar al arte, pero sin sacrificar un ave para servirse de las plumas.
“Lo que pretendo es que el arte plumario no se pierda”, cuenta el autor que en ejemplar ofrece instrucciones para que desde un niño hasta los adultos puedan hacer el trabajo, además de que el volumen le abra la puerta para impartir talleres.
Quien fue autodidacta en el arte, refiere que aunque en los libros se menciona el arte plumario, en culturas como la azteca, “no hay ni dos renglones escritos de cómo se hacía”.
Asimismo, que el arte plumario es uno que se relaciona con la guerra, como los elaborados en Tlaxiaco para estos enfrentamientos.
Sin sacrificios de aves
No matar aves para el arte plumario es el código que el autor de 38 exposiciones en México y el extranjero quiere transmitir a las personas interesadas en el arte plumario. Y es que, agrega, “tenemos que conocer la época en que el ave tira sola la pluma”, pues dependiendo del clima es como la “vestimenta” de las aves cambia.
Eliseo Ramírez dice que para este arte todas las aves son lindas, incluidos los zopilotes. Asimismo, que solo en el caso de las aves de corral u otras de consumo humano es que se usan las plumas de los animales sacrificados. Pero un cardenal o una cotinga azul nunca serán atrapados o asesinados para tal fin.
El amanteca oaxaqueño indica que para sus obras consigue plumas en los aviarios, zoológicos o incluso por medio de sus conocidos, quienes conocen su labor y le donan el material.
Eliseo Ramírez es un amanteca que ha llevado su obra a sitios como el Museo de la Ciudad de México, Museo Dolores Olmedo Patiño, Museo Nacional de Arte MUNAL, así como en la ciudad de Amberes en Bélgica y la ciudad de New York.
Este miércoles, presentó su libro en Oaxaca, en el Centro Cultural San Pablo; le acompañaron en los comentarios Sergio Hernández, Octavio Quintero y Antonio Favila.
