Fue en julio de 1987 cuando Mary Jane Gagnier y el fallecido artista oaxaqueño Arnulfo Mendoza decidieron abrir en la ciudad de Oaxaca una de las primeras galerías de la capital y el estado. En su apuesta les acompañaron sus amigos Javier Maximino y Adriana Alanís, el primero de ellos fue compañero de Mendoza en la primera generación de egresados del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo.
A 35 años de su apertura, y con la dirección desde 2017 a cargo de Gabriel Mendoza Gagnier, hijo de Arnulfo y Mary Jane, la galería celebra su aniversario. Y con él una labor de impulso a las artes populares como al nivel de las artes plásticas. Las barreras entre ambas expresiones se han difuminado, considera Mary Jane, fundadora y directora de la galería en sus primeros 15 años.
Gabriel Mendoza Gagnier y su madre, Mary Jane Gagnier, señalan que desde los orígenes la galería ha buscado eliminar fronteras entre el arte popular y las artes plásticas. Además de hacer accesible las obras y que tanto las creaciones no sean con intenciones meramente decorativas sino de investigación y aprendizaje.
Nunca quisimos que fuera un espacio snob, elitista. Este es un espacio en el que todos son bienvenidos y que con tu poder de adquirir hay algo de calidad que puedes llevar. Se me hace triste que una persona con gusto, que quiere llevar algo para lucir en su casa, diga que todo está caro y no pueda llevar nada. Esta es la manera también de formar coleccionistas”, subraya Gagnier.

También que el criterio de la galería es mostrar y vender lo que a sus directivos les ha gustado. “Si a mí no me gusta cómo le voy a decir eso a otra persona”, dice Gagnier.
El arte es educacional, es de investigar. Puedes comprar una obra que te guste, decorativa. Pero eso no es a lo que nos dedicamos exactamente. Claro, escogemos cosas decorativas bonitas, pero también intentamos escoger algo para que la gente aprenda, se informe, temas, profundidades de los artistas, de los temas”, añade Mendoza.
De los artistas que promocionan, refieren que estos tienen que tener todo y saber de las técnicas.
Sin embargo, ambos observan cambios en quiénes son las personas que adquieren arte y la intensión de los artistas respecto a décadas pasadas. De las primeras, son conscientes de que la juventud de ahora prefiere invertir en experiencias y no en arte, como sucedía hasta hace unos años.
“No hablo por mí”, aclara Mendoza, quien comparte lo que ha sabido a través de “los maestros” sobre los cambios entre las generaciones de artistas. Y esto es “que hay una perspectiva diferente, es económica. Antes ser artista era ser pobre, en la generación de los 70 ser un artista era moriste de hambre y hoy en día es vender, la búsqueda de lo económico. Eso me explican los grandes, la diferente búsqueda de dónde creas tu arte. Hoy es buscando más la cuestión comercial, entrar a galerías y vender y anteriormente no había galerías donde vender”.