El esténcil, ¿hacia su validación en el mercado?
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Arte y Cultura

El esténcil, ¿hacia su validación en el mercado?

Creadores reflexionan sobre la relación del museo con la gráfica, la lucha social y el trabajo colaborativo


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Cuatro creadores mexicanos, provenientes de Puebla, Ciudad de México y Oaxaca, coinciden en que el esténcil —como arte urbano o de las calles— es vista por varios públicos y comprende un proceso de ceración colaborativo, de equipo, asociado también a los movimientos sociales (como protesta por la desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa, la solidaridad gestada en México tras los terremotos de septiembre o la lucha magisterial en 2006 en Oaxaca).

Sin embargo, también reflexionan sobre el futuro de la práctica que de unos años a la actualidad ha comenzado a ser parte de las galerías o museos, ya sea porque algunas obras se exhiben en estos sitios o porque el diálogo y reflexiones en torno al tema ocurren ahí.

Orquídea Cinco Vocales, Carlos Soto, Plomo y José F. López son cuatro creadores que participan en el tercer Encuentro Esténcil México, que se desarrolla en la ciudad de Oaxaca y San Pablo Güila del 7 al 10 de diciembre.

Los tres primeros coinciden en que además de una técnica, el esténcil guarda un trasfondo cultural, político, de lucha, de apropiación del espacio público y como expresión contestataria, además de una práctica para satisfacer una necesidad. Asimismo, que tiene que ver con el trabajo colaborativo y de aprendizaje en colectividad, como sucede con la gráfica, expresión en la que hallan otra similitud: la de acompañar las luchas y por ello tener una carga política.

Sin embargo, y aunque en Oaxaca esta expresión haya cobrado auge en el 2006, como acompañamiento del movimiento magisterial, también se ha visto como una práctica que a veces ha dejado las calles para entrar a las galerías o museos.

“Acá en Oaxaca, el movimiento de 2006 fue muy importante”, se formaron varios colectivos como ASARO, señala Aler, uno de los exponentes del esténcil en el estado.

Pero, ¿qué pasa cuando un museo le abre las puertas a esta expresión?, se pregunta Carlos Soto, del proyecto Esténcil México, una iniciativa que llega a su tercera edición y cuyos conversatorios han ocurrido en sitios como el Museo de la Estampa (Ciudad de México) y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) ¿Estamos institucionalizando el esténcil al estar entrando en esta parte, qué pasa cuando se llevan a estos museos, qué pasa cuando está en una galería”, son las preguntas que expone Soto.

Y si bien recuerda que fue hace como cinco o seis años cuando empieza esta apertura y aceptación del diseño y la ilustración en las galerías y el arte en sí mismo, piensa que hay otras corrientes e intereses por parte del mercado o de las instituciones artísticas.

“Se empieza a dar esta apertura al diseño, a la ilustración, al grafiti inclusive, ¿qué sentido tiene? Pues de alguna manera absorber todo esto, se empieza a dar el boom de la moda, del arte urbano, la pegatina, el sticker, toda esta parte, ¿a dónde va?, pues se generó un mercado muy grande en eso, pero no sé”.

Soto piensa que en el caso del esténcil, como lo ha dicho su compañera Orquídea Cinco Vocales va con una intención de tenerlo en un espacio o una intención de tenerlo en la calle.

“Depende mucho, sí claro, del artista también, pero también creo que el sentido de tener una obra o tener un esténcil en obra, en un bastidor, habla ya de un interés por la perpetuidad de la pieza, porque en la calle es efímera, lo pintas y en dos días te lo pueden quitar o ya se cayó el muro… puede pasar lo que sea, entonces es como esa intención de dejar esa huella, pero ya más palpable, como lo dice José, para tener yo la posibilidad de llevar esto, una foto o un cañón, tenerlo más en vivo y llevarlo”.

Antes, Orquídea Cinco Vocales ha dicho que también depende del proceso de cada colectivo o de cada sujeto, pues eso es lo que va a hablar. Ella explica que si bien el esténcil se asocia con algo decorativo y que eso tiene que ver con los orígenes de la expresión, también puede ser usado de forma contestataria y es a partir de artistas como Siqueiros, con el muralismo, que las obras hechas en paredes cobran otro sentido.

Para Soto, el que esté en galerías o museos tiene que ver con el mercado, o de lo que está de moda.

“Nosotros (Esténcil México) no sabemos muy bien para dónde va, no queremos institucionalizar el proyecto Esténcil México o el esténcil tal cual (…) creemos que es un espacio (el museo o la galería) que no lo va a validar, pero le va a dar esa apertura para que pueda conocerlo más gente”.

No obstante, espera ver lo que sucede en un par de años.

En el caso de José, creador de San Pablo Güila, el que el esténcil sea un objeto de una galería, como los que ha llevado a la galería comunitaria que creó en su lugar de origen, tiene otra intención: la de dar a conocer al pueblo otras expresiones del arte, distintas al dibujo o a las que generalmente conocen y que puede convivir con la pintura o la gráfica.

Plomo, artista de Puebla, explica que el esténcil siempre va a tener una intencionalidad, de lo que quiera y busque el creador de esa pieza.
Aler considera que también se relaciona con una necesidad de no estar siempre en la calle, pues “de algo tienes que vivir” y en ello ayuda que la obra esté en un museo o galería. No obstante, “lo que algunos creadores les pasa es que se meten a las galerías, pero olvidan la calle… eso es importante también en cada creador: sí, está bien que estés en una galería, pero puedes seguir produciendo en la calle”.


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