Hilos de seda dan vida a San Antonino Castillo Velasco
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Arte y Cultura

Hilos de seda dan vida a San Antonino Castillo Velasco

Este lugar destaca también por su gastronomía; comercializan el pan de yema a diferentes lugares


Hilos de seda dan vida a San  Antonino Castillo Velasco | El Imparcial de Oaxaca
Algunas mujeres portan el traje típico de este lugar / Foto: Omar Maya

San Antonino Castillo Velasco se encuentra muy cerca de la capital del Estado de Oaxaca, es uno de los diferentes municipios que conforman la región de los Valles Centrales. 

Este lugar hace aportaciones importantes a la cultura de Oaxaca, uno de ellos son sus bordados con distintas puntadas, generalmente elaborados con hilos de seda, los cuales por su dificultad tienen los siguientes nombres: “hazme si puedes”, “el deshilado”, “cambalache” y “sus pensamientos”. Quienes conocen el arte y las artesanías de Oaxaca los pueden identificar de inmediato.

Este pueblo se fundó en 1649, según registros del archivo municipal, por los señores Nicolás Hernández, Martín Ángel Toledo y Manuel Salmerón. Pertenece al distrito de Ocotlán de Morelos. En 1858 quedó registrado como San Antonino por decreto 2 de fecha 23 de marzo de ese año. Recibió como nombre el apellido del ilustre político liberal don José María Castillo Velasco y San Antonino, por San Antonio de Padua, predicador y taumaturgo. 


Las figuras de barro de San Antonino Castillo Velasco son realizadas con gran creatividad.

Además de elaborar hermosas blusas, vestidos largos y camisas para caballero, también se dedican a la elaboración de canastas de calenda o imágenes de vestidos con flor inmortal. 

Este lugar destaca también por su gastronomía, comercializan el pan de yema a diferentes lugares dentro del propio estado de Oaxaca, a diferentes ciudades o inclusive fuera del país, al igual que otros productos típicos como: mole negro, coloradito, chocolate y otros más.

También tienen sus propios músicos, como don Laureano Jiménez, el primer director y fundador de una pequeña orquesta de 35 músicos, misma que se inauguró el 15 de septiembre de 1910 llamada “Orquesta Independencia”. A don Laureano este pueblo le debe su tradicional Jarabe del Valle. 

Las empanadas de San Antonino Castillo Velasco son deliciosas.

No hay lugares para hospedarse en este pequeño pueblo, pero muy cerca está Ocotlán de Morelos, en donde se puede encontrar diversas opciones para hospedaje, pero también hay turistas que se hospedan en la capital de Oaxaca y vienen de tour por un día para regresar a pernoctar en la Ciudad de Oaxaca, para continuar con actividades por la tarde noche a su regreso. 

También son muy reconocidos los ceramistas de este lugar, como es el caso del Sr. José García Antonio, conocido como el “Señor de las Sirenas”, quien es ciego, pero elabora grandes figuras con la ayuda de su esposa y de su familia, su historia ha transitado a nivel internacional. 

En este lugar también se realiza una Guelaguetza en el mes de julio, en donde acuden diferentes delegaciones de todo el estado y año con año toma mayor importancia, esta es una gran oportunidad para los turistas que no encuentran boletos para la Guelaguetza oficial o para quienes gustan más de una Guelaguetza en un pueblo tranquilo.

También en San Antonino Castillo Velasco, eligen a la Diosa Centéotl, quien compite con otras participantes por el mismo título, para que la ganadora se convierta en la anfitriona oficial de la Guelaguetza, por lo que muchas jóvenes se preparan para poder hacer un buen papel y poder ganar para tener esa oportunidad de sobresalir con base en los conocimientos culturales tanto de su municipio como de todo Oaxaca. 

José García Antonio, conocido como “Manos que ven” 

Actualmente el pertenece al taller de cerámica que se llama “Manos que ven”, que él fundó y en donde se elaboran piezas de barro rojo. 

Fue a la edad de siete años cuando don José descubrió que tenía una gran facilidad para moldear el barro, por lo que después de jugar y compartir momentos con sus familiares y amigos practicaba realizar esta artesanía de la cerámica. 

Cuando él tenía 23 años decidió dedicarse de tiempo completo a la cerámica. En 1986 contrajo matrimonio con su ahora esposa Santa Reina Teresita Mendoza Sánchez. 

A los 55 años de edad, don José García perdió la vista a causa del glaucoma, enfermedad que lo dejó totalmente ciego, por lo que su esposa Teresita y sus hijos: Reina Esther, Sara Ernestina y José Miguel lo animaron para que retomara sus actividades con el barro, ayudándole con los detalles de las esculturas y así transformándolas en seres mitológicos como las sirenas y plasmando infinidad de formas y figuras, creando esculturas gigantes de dos metros y medio, convirtiéndose en “poetas de la tierra”. 

Dice que mientras todos duermen, en la madrugada hay un gran silencio, siendo en ese momento que él se concentra, siendo entonces que su pensamiento lo lleva a la creación de una escultura y cuando amanece él ya hizo una figura. 

Él dice que la luz es muy importante, sino no habría vida, por lo que él tiene la luz en la memoria, tiene luz en el “entendimiento”, lo cual le permite tener una destreza con las manos. 

Nos platica que para que pueda crear arte se requiere demasiada concentración, don José nos dice que a él lo conocen como “El señor de las sirenas”, quien agrega que no tuvo una formación en este arte, sino que él jugaba cuando llovía con el barro que se formaba en los arroyuelos, siendo así que le nació el gusto por las formas del barro. 

Los detalles de las figuras los realiza su esposa, nos dice que le gusta escuchar música cuando está trabajando, sobre todo cuando es una pieza grande la que va a elaborar, y en todo este proceso también lo acompaña su esposa. 

Don José García Antonio conocido como “Manos que Ven”, con su familia, conforman un equipo / Foto: Omar Maya