Giovanni Varell vio la luz primera en Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca, aquí realizó sus primeros estudios, los cuales combinó en su infancia con el arte del dibujo, ya siendo un joven con una carrera se decide por las artes, así surge la idea de trasladarse a Oaxaca, con el interés de continuar estudiando el arte pictórico, sobre todo el cuerpo humano de la mujer que siempre le llamó la atención.
Cumpliendo con estos requisitos y teniendo varios lienzos se atreve a exponer en su tierra natal y contando con buena aceptación continúa exponiendo colectivamente. A través del tiempo adquiere más experiencia y entonces expone individualmente.
“Bajo el signo de la luna”
En referencia a esta exposición de pintura en formato grande que realizó llamada “Bajo el signo de la luna”, simboliza a la mujer con el astro en el concepto esotérico y cosmológico. Las mujeres de Varell, transitan en un espacio liminal ¿Acaso son un grito desgarrador por ser universal?, decir universal no excluye, aunque pinte delineadas corporeidades. Varell, hace un repaso que designa al astro que acompaña la metáfora de la dualidad. El mundo creado por nuestro pintor desquebraja la iconografía identitaria, la que además ha sido sobreexplotada.
Con estas obras, hay un respiro cargado de misterio de sus musas lunas, a la vez, exige comprender los motivos e impulsos de Varell para recrearlas. Sería exigente o fauto pedir que pinte desde la crucial realidad, las mujeres lunas están empeñadas en mostrarnos sensualidad y corporeidad etéreas, filtros del mar y simbolismos de la dualidad de donde rivaliza toda la racionalidad.
En el mundo onírico y pictórico de Giovanni podemos darle múltiples lecturas, la mirada crece y se instala en la realidad, que es tan real en los lienzos, incurriendo a un desapego a lo cotidiano, aunque haya un deslizamiento provocado que puede lastimar los ojos de los puritanos y los que esperan se pinte tal cual la bochornosa por no complicarnos a decir vida cotidiana, está alejada a estos sus ensueños.
Creatividad
Aún falta mucho tiempo por reconocer a las mujeres como seres humanos, con sentimientos propios, de figurar con sus ideales al desarrollo de su propia personalidad, pues no son un objeto, sino un personaje que contribuye al engrandecimiento de la patria al guiar a los hijos con buenos principios, para prepararlos mejor cada día, pues el hecho de dar a luz es un acto de valentía de su propio cuerpo que se convierte en amor y en sangre de dos seres humanos.
Crítica
Casi todas las mujeres son un retrato idílico de lo que hemos querido que sean, las narraciones cuentan su propia historia y esta fascinante colección se revela para describir con pinceles estos cuerpos dotados de iconografías para reconocer su procedencia, su vida y su identidad.
La mujer luna muestra que son infinitamente universales, poseen una alma y una mirada cautivante, que la misma nos recuerda lo bien que podamos compaginar y liberar la vida, a continuar en otra cúspide, aceptándonos y reivindicar lo profano, lo mítico y lo místico que los signos, nos designan.
Bajo esta promesa aplaudamos el noble propósito de Varell para recordarnos que de seguir los designios, mutar los roles y desacralizando la luna mujer nos quedará poco trecho por donde pisar y encontrar un punto liminal en este mundo bajo los signos de la luna, así afirma el escritor Víctor Fuentes en la exposición del senado que se llevó a cabo el 7 de este mes de marzo el año actual.
