“La relación entre mujeres está tomando peso en el mudo”: Florencia Etcheves
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“La relación entre mujeres está tomando peso en el mudo”: Florencia Etcheves

“Yo empiezo a escribir desde la consciencia, muy segura del material que tengo”


“La relación entre mujeres está tomando peso en el mudo”: Florencia Etcheves | El Imparcial de Oaxaca

Frida Kahlo es un personaje bastante cercano, sin embargo, su leyenda es tal, que a veces es como si habláramos de un mito. Su vida es fuente de obsesión para muchos, como la escritora argentina Florencia Etcheves que también ha caído bajo los encantos de la pintora.

En una charla vía zoom Etcheves me cuenta que cuando conoció la Casa Azul de Coyoacán, sintió unas ganas profundas de llorar. “Ves esos corsé y sillas de ruedas y ves una casa armada alrededor del sufrimiento físico de una mujer y es imposible no sentirse conmovida”.

Son muchos los sueños que se han forjado en esas paredes, todos los amores, dolores y fantasías de Frida quedaron plasmadas en ese lugar, de ahí le surgió la idea de escribir esta ficción sobre Nallely, una joven oaxaqueña que escapa de su tierra natal en Tehuantepec y llega a Coyoacán para trabajar como cocinera, nada más y nada menos que con Kahlo.

La novela está situada en 1939, año de uno de los divorcios con Diego Rivera, ya que para la autora en estos periodos de separación “Frida tenía una producción de obras fabulosa”.

Otro de los aspectos en los que este libro hace énfasis en la indumentaria de la pintora: “Quienes no conocen México, creen que su vestimenta era un disfraz, ella era excéntrica, pero había adoptado en realidad una suerte de tehuanes” el mismo Rivera llegó a admitir que “Si el paraíso tiene diosas, las diosas son las mujeres tehuanas”.

De ahí la importancia de que Nallely la cocinera de la novela, fuera de origen tehuano, ya que Etcheves buscaba que tuvieran una relación de igualdad ambas mujeres; entretejiendo experiencias, pasiones y dolores. Así que esta novela más allá de todo el color y candor histórico resulta una novela sobre mujeres, lo cual no era la intención inicial de la autora.

En mis novelas no escribo sobre mí, ni cosas autobiográficas, pero es inevitable que cosas mías salgan: mi manera de ver el mundo, mi interés y en los últimos años el tema de la relación entre mujeres está tomando mucho peso en el mundo”, me dice, luego reconoce que ella no era consciente de todo lo que este tema la interpelaba.

Al preguntarle si se escribe desde la conciencia o la inconsciencia, ella me responde, “Yo empiezo a escribir desde la consciencia, muy segura del material que tengo y de lo que van a ser los personajes; a mí la musa inspiradora no me viene, lo mío es producto de mucho trabajo e investigación”, sin embargo, “la inconciencia mete la cuchara en el guiso” y no se da cuenta hasta que toma distancia del texto; lo deja descansar un par de semanas y le lee como si no lo hubiese escrito ella.

Finalmente me confiesa que uno de los desafíos más grandes al escribir la novela “era meterme en un país que no es el mío, en costumbres que no son las mías, en una época que no es la mía”, pero sin duda lo ha logrado y La cocinera de Frida (Planeta) es el resultado.

@Urieldejesús02


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