Nadia López García: “Las mujeres tendemos a ocultar nuestra obra”
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Nadia López García: “Las mujeres tendemos a ocultar nuestra obra”

La ganadora del Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón 2021 considera que la literatura es un solo frente de todos los que se han de trabajar para preservar una lengua indígena


Nadia López García: “Las mujeres tendemos a ocultar nuestra obra” | El Imparcial de Oaxaca
Nadia reconoce que faltan lectores en su propia lengua, lo que en varias ocasiones le ha hecho preguntarse, ¿cuál es la razón para seguir escribiendo?

Es autora de poemarios como “Ñu’ú vixo/Tierra Mojada, El camino del venado, Las formas de la lluvia y del libro infantil Tikuxi kaa (El tren), pero Nadia López García (Caballo Rucio, Tlaxiaco, 1992) se define “más como tallerista que escritora”. Para la ganadora del Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón 2021 publicar un libro desde un idioma originario carece de sentido “si no va acompañado de un fortalecimiento real y potente a las y los hablantes de la lengua”.

La también Premio Nacional de la Juventud y del Premio (2018) y del Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Cenzontle (2017) la literatura es solo un frente desde el cual se ha de trabajar para preservar y salvar a una lengua originaria, como las 68 que se hablan en México o las 16 que tiene su estado natal, Oaxaca.

Pero la literatura, cuenta la directora del cortometraje bilingüe El tono es un espacio desde el cual se tiende a infra valorar el trabajo de las mujeres, a señalar sus temáticas como menores y, por ende, a orillarlas a ocultar su obra.

“Las mujeres tendemos, y eso es histórico, quizá por todas las violencias que se han vivido, a ocultar nuestra obra, a esconderla, a no estar tan prestas a compartirla porque sabemos que hay señalamientos”, dice quien en 2021 impartió un taller para mujeres indígenas y afromexicanas.

El encuentro, según recuerda López García, tuvo una gran convocatoria, pero con la constante de que las participantes querían compartir su labor en “entornos seguros”, lejos de la presencia de hombres, pues habían recibido de estos comentarios desalentadores.

“Creo que esos comentarios que todas hemos recibido en algún momento nos han hecho protegernos y esa protección radica en que no compartimos tanto, no mandamos a premios, nos cuesta un poco más”.

Ella, que incluso tiene presencia constante en medios, se dice feliz y temerosa al mismo tiempo por esa proyección, pues “no va a faltar alguien a quien no le parezca”.

 

La literatura en lenguas originarias, un camino con pocos lectores

Aunque escribe su obra en mixteco y español, Nadia reconoce que faltan lectores en su propia lengua, lo que en varias ocasiones le ha hecho preguntarse, ¿cuál es la razón para seguir escribiendo?

Sin embargo, reflexiona y responde que no es tarea de la literatura resolver el que la gente aprenda a leer en idiomas originarios, aunque sí es una gran arma para preservarlos. “La literatura no va a lograr que una lengua deje de morir, por ejemplo, pero sí puede ser, así como cuando estás sembrando y cae la lluvia, que es la que hace que todo el trabajo resulte en la milpa. Pienso que la literatura es un solo frente de todos los que tienes que trabajar si realmente te preocupa la vida de las lenguas”.

Y es que señala que quienes escriben en uno de los idiomas originarios del país tienen ya mucho trabajo: escribir, traducir, difundir su obra y defenderla.

Quien es poeta en un idioma originario, apunta, “es alguien que sabe que la palabra es un arma para sacudir muchas cosas, pero que también carga con un dolor porque sabe que la palabra en sí misma no va a hacer un gran cambio”.

Para ella, es estarse cuestionando siempre quiénes la leen. Aunque sabe que si bien hace unos años eran algunas personas de su comunidad y de Ciudad de México (donde radicó varios años), su poesía ha llegado a otros países.

“Creo que la poesía es como una flecha, tú tienes un centro y ese para mí siempre son mujeres pertenecientes a pueblos originarios que estén en comunidades o en entornos urbanos. Es mi objetivo y creo que lo he alcanzado en cierta medida”, ahonda la autora, quien espera ser leída por mujeres de pueblos originarios que, como ella, han emigrado y que sea desde la lengua mixteca.