Laura Martínez-Belli: Una narrativa de unión en torno a la Conquista
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Laura Martínez-Belli: Una narrativa de unión en torno a la Conquista

Luego de más de cuatro años de trabajo, la escritora Laura Martínez-Belli (España, 1975) presenta su más reciente novela La otra Isabel que narra de una manera muy particular la…


Laura Martínez-Belli: Una narrativa de unión en torno a la Conquista | El Imparcial de Oaxaca

Luego de más de cuatro años de trabajo, la escritora Laura Martínez-Belli (España, 1975) presenta su más reciente novela La otra Isabel que narra de una manera muy particular la historia de Tecuixpo, la hija favorita de Moctezuma, que en 1521 es hecha prisionera y convertida al catolicismo con el nombre de Isabel. 

Este libro es una ventana a la historia —casi aventurera— de una mujer que perdió a su padre, su familia, su imperio y su nombre, pero jamás se dejó vencer, exaltando en la Nueva España la gran extirpe de la que es heredera.

Conversé con la autora de esta novela, que comenzó su andar por las letras mientras esperaba a que su hermana saliera de la universidad, y para no aburrirse escribía en un cuaderno; sin embargo, la vida la fue llevando a cumplir ese sueño infantil de ser escritora. Ahora, la autora de más de siete novelas se ha interesado por la vida de mujeres como Isabel Moctezuma que —dice— es una oportunidad para acercarse a una época de nuestra historia, no con el discurso de discordia y rencor, sino con el de la unión y la reconciliación porque, al final de cuentas, de ese pasado mestizo provenimos todos:

Nació en España, pero tiene la doble nacionalidad ¿Por qué decidió ser mexicana?

—Uy, porque me enamoré de México. Cuando yo llegué dije “de aquí soy”, me sentía en mi casa, es lo más parecido a estar enamorada. Yo me he enamorado dos veces: una de México; otra de mi marido. Es una admiración, un deseo de pertenecer, de estar, de sentir y, como dice Chavela Vargas, “Los mexicanos nacemos donde nos da la gana”.

¿Qué sentimiento le da ver sus libros impresos y en manos de los lectores? 

—Escribir es un oficio muy solitario; ahora que hemos estado en pandemia creo que la gente ha entendido lo que es ser escritor, porque estás siempre en tu casa, siempre solo y siempre tele trabajando, sin salir. Yo lo que me di cuenta en la pandemia es que mi vida no cambió, llevo la misma vida antes que ahora, y dije ¡ay qué tristeza!, eso lo tengo que cambiar (risas), pero bueno a lo que voy es que el único momento en el que no estás solo es durante la promoción del libro, cuando tienes contacto con los lectores. 

¿Cómo dio con la historia de Isabel Moctezuma?

—Cuando me acerqué a leer la biografía de Hernán Cortés, de José Luis Martínez y empecé a ver que había mujeres en la Conquista, porque pareciera que ellas solo estuvieron para parir, nos han vendido siempre esa idea de la mujer sometida, la mujer ultrajada, la mujer sin voz ni voto, y de repente descubrí que no, que había mujeres con mucho poder también, que dentro de su mundo tuvieron capacidad de acción y decisión.

Ahora las editoriales están apostando por redescubrir a las mujeres en la historia; en este caso vemos que no solo es la Malinche, también hay otras mujeres…

—Sí, porque las mujeres ya no nos reconocemos en esa narrativa, donde de repente no levantamos cabeza. Eso sí me ha costado trabajo, por ejemplo: con el libro de Carlota, que a pesar de todo sí fue una mujer sometida, y yo no quería que me pasara esto con Isabel Moctezuma; la empoderé todo lo que pude, porque a pesar de que sí sufrió violencia, no bajó nunca la cabeza.

Realizó una investigación y recabó lo más que pudo, pero Isabel Moctezuma es un personaje muy lejano, el resto lo tuvo que recrear en la ficción ¿Cómo se adentró en su pensamiento?

—Ahí te tiene que salir la parte de novelista, te tienes que imaginar mucho, tienes que pensar y preguntarte. Siempre digo que escribir una novela es un continuo preguntarse y responderse; yo me preguntaba mucho qué haría ella, en ese momento qué sentiría… lo cual te permite la novela histórica y no la historia.

Este año de festejos nacionales ha suscitado mucha polémica en cuanto al manejo y manipulación de la historia por parte del Gobierno Federal. Usted, que es española y también mexicana, ¿cómo ve todo esto?

—Creo que es un error de diplomacia enorme el exigir disculpas (al rey de España y al papa) por un acontecimiento que sucedió hace 500 años. El Gobierno de México tiene muchos problemas sin resolver, para empezar los feminicidios que hay… ¿Cómo puede estar pidiendo disculpas por cosas propagandísticas? Están distrayendo de los temas que son realmente importantes, porque esos no los están solucionando. Deberían de pedir disculpas a las mujeres en lugar de disculpas por un acontecimiento que, quieras o no, nos hermanó. Ahora podrían construir un discurso de unión, pero están haciendo el de la discordia, el de buenos contra malos, un discurso de rencor y de odio.

¿Entonces en estos momentos que representa su libro de La otra Isabel?

—Este libro es un homenaje al pasado indígena con toda su grandeza y también a todas las contradicciones que supuso un acontecimiento de choque como aquel, y el nacimiento de un nuevo mundo, del que al final todos nosotros venimos. Me parece ridículo todo esto, pero es una narrativa, eso es lo que está haciendo Andrés Manuel (López Obrador) rescatar un pasado que ni siquiera le pertenece, porque ni siquiera lo conoce; eso de los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan se lo sacaron de la manga, forma parte de esa narrativa donde se ensalza lo indígena y se condena lo español. Por eso Isabel Moctezuma es una gran desconocida, porque como se cristianizó no les interesa, porque todo lo que sea aceptar o enriquecer tu vida con otras culturas lo consideran traición.

El ser humano o evoluciona o se muere, y el primero que se dio cuenta de eso fue Moctezuma, fue casi casi un estadista, se dio cuenta de que no podía pelear contra los españoles porque tenían una tecnología superior, no fue por cobardía. Él sabía que no los podía combatir por la fuerza, porque además se les estaban uniendo todas las otras etnias que estaban hartos de los mexicas, entonces la mal llamada Conquista fue hecha por los propios indígenas, y los españoles se aprovecharon de la situación y al final terminaron venciendo. 

¿Pero qué pasó después de que cayó Tenochtitlán? 

—Eso nadie lo sabe, porque hay un vacío ahí, el mexicano tiene todavía el prurito contra lo colonial como una imposición, cuando ahí hay una historia riquísima en donde los propios indígenas hicieron una transformación enorme, ellos son los verdaderos artífices de la Nueva España, que después sería México.

@Urieldejesús02