Susana Baca

Tres veces ganadora del Grammy Latino, Susana Baca de la Colina (Chorrillos, Perú, 1944) es considerada uno de los baluartes vivos de la cultura peruana. Una cantante que acaricia el alma con su voz, con la que se ha abierto las puertas del mundo para volar como solo ella sabe hacerlo sobre un escenario. Su canto son susurros que nunca se olvidan, es lamento y gozo por la vida; fortalezas que siempre ha tenido en su amable y risueño temple que la han llevado a convertirse en la cantante de música afroperuana más importante de la actualidad.

Hace unos meses la contacté vía correo electrónico; para mi sorpresa me respondió personalmente, con una humildad que solo alguien que ha alcanzado tantos éxitos como ella pudiera tener. Con su equipo de trabajo concretamos la fecha para una conversación virtual, que ocurrió la mañana del 4 de agosto de 2020; dejando entrever un elegante vestido, un collar y un rebozo café, la cantante de éxitos como María Landó y Negra presuntuosa, se conectaba en exclusiva desde su casa en la Provincia de Cañete a 136 km de Lima, Perú. La charla se prolongó por poco más de una hora, hasta que Susana tuvo que parar, un compromiso con sus músicos la esperaba:

¿Cómo llegó la poesía a su vida, durante su infancia en Chorrillos o en los momentos que pasó en la biblioteca de Chabuca Granda?

Mi inclinación por la poesía nace, quizás, cuando estoy en la universidad.

¿En la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (la cantuta)?

Sí, porque ahí tuve como maestros a poetas como Alejandro Romualdo y Juan Gonzalo Rose, y estos maestros orientaron mi vida, estando yo en plena juventud; entonces tenía un pie en el mundo del arte y otro en la realidad.

¿Cómo estaba con un pie en el arte y otro en la realidad?

Como maestra practicante me tocó ir a las alturas de los cerros a darle clases de nivelación a los niños, en lugares donde no pasaba un bus en días, y veía la situación de la gente, no solamente eso, mi primer trabajo fue en el cerro El Agustino, barriadas donde vive la gente más pobre del país, gente que me recibió con los brazos abiertos.

¿Este cúmulo de experiencias con los literatos y la realidad fue lo que impulsó su sensibilidad poética?

Sobre todo la realidad de la gente más humilde de nuestro país, y ahora vivo en Cañete ¡Un lugar hermoso! Pero mis vecinos son campesinos, muy pobres, y con esta pandemia están golpeadísimos, lo estoy viendo acá; nos ha movido profundamente y creo que es tiempo que la gente tenga conciencia de lo que pasa en su país, yo siento que el arte nos hace más sensibles, pero también nos permite consolar a la gente. A estas alturas realmente canto para acariciar los corazones.

¿Acariciar con su voz los corazones es el sentido de la vida de Susana Baca?

Sí, porque creo que con esa transmisión que hago de la poesía, de la música, de las palabras, de la lírica, que para mí es importantísima, puedo llegar al alma de la gente.

¿Qué reflexiona con más de 50 años de carrera artística?

(Se ríe apenada y modestamente) Mira, me toca decirte que han sido años muy difíciles, para empezar encaminarme en un país que está siempre mirando para afuera, yo iba de lugar en lugar para que me hicieran caso, tocaba puertas, era muy j o v e n , entonces caminaba y caminaba con muchas ¡muchas piedras en el camino! que he tenido que apartar, hasta que llegó un punto en que dije “ya no toco más puertas, yo voy a hacer mi propia generadora de mi producto” (se ríe) es muy feo decir eso porque es palabra de los publicistas. En esta labor de ser músicos es muy importante tener un consenso de sentimientos

Usted es muy amiga de Lila Downs, ¿no es así?

A capella (disco que grabó durante la cuarentena y que ganó el Grammy Latino como mejor álbum folclórico 2020) empieza con una canción del compositor argentino Fito Páez que dice “Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”, esa canción también la hemos grabado con tu paisana Lila Downs, ella me dio un anillo que me acompaña todos los días ¡Ahora no lo tengo!, no lo encuentro, porque menudo con bolsas de un lado a otro, pero me lo dio para que me sirva de cuidado, de resguardo y fue muy generosa. Lila es una cantante que sale de un volcán, con una fuerza magnífica.

¿Qué sintió de haberle dado el primer Grammy al Perú?

Perú nunca había tenido un Grammy y yo se lo dediqué a los cantores, a los viejos lindos que nos han llenado el espíritu, a esos compositores que nunca fueron reconocidos, a ellos les dediqué ese triunfo y bueno…tengo a q u í conmigo el Grammy.

¿Cómo es que una cultura tan rica y diversa como la de Perú está tan rezagada, tan en pañales?

(Piensa unos segundos para contestar) Este país, me duele contártelo, es un país racista. Por racismo han rechazado a las gentes de la selva, la música y las expresiones de los indígenas de la sierra. Por racismo han rechazado la música y la presencia de los afrodescendientes. En la radio si querías escuchar huaynos (música indígena peruana) tenías que levantarte a las 4 de la mañana y la música afroperuana ¡Jamás! eso pertenecía al gueto de los negros, esa música tan rica de la que hablas con tanta admiración, aquí no se escuchaba.

¿Susana Baca qué le dice a la juventud?

Que es importante tener la idea de lo que son nuestros países y trabajar profundamente por tener esos lazos tan fuertes con el pasado ─que creo que México lo tiene─ y proyectarse hacia el futuro en un país que pueda resolver problemas fundamentales de la supervivencia de su gente y caminar hacia un país más justo, sin violencia, donde la gente se escuche.