Dramafest: Teatro une a Oaxaca, Suiza y CDMX
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Arte y Cultura

Dramafest: Teatro une a Oaxaca, Suiza y CDMX

El festival se presenta en el estado luego de concluir su programación en la capital del país y previo a su partida al extranjero


Con la idea de vincular a la comunidad de teatro de la Ciudad de México con las de otros países y estados, el Festival Internacional de Dramaturgia Contemporánea Dramafest se presenta del 2 al 9 de septiembre en la capital oaxaqueña. El programa, que además busca conocer el panorama de este arte y motivar la producción del mismo, llega luego de desarrollarse en la capital del país y previo al traslado de dos propuestas nacionales a Ginebra, Suiza.

Surgido en 2004, el festival bianual tiene como estado invitado a Oaxaca y como país a Suiza. En su paso por la otrora “Verde Antequera”, se efectuará en recintos como el Teatro Macedonio Alcalá, el Centro Cultural San Pablo y en El Diablo y la Sandía.

Dramafest ofrecerá cuatro obras en las que se combinan los talentos de actores, directores, dramaturgos y demás profesionales de México y Suiza. Todos de diversas trayectorias. Esto, a través de historias en las que se retoman las relaciones filiales entre septuagenarios o medias hermanas, así como la memoria (con una trama que retoma la física) y el rechazo a lo extraño.

Aurora Cano, fundadora del festival junto a Nicolás Alvarado, cuenta que entre los objetivos del festival está el hacer frente a la centralización de las artes. De ahí que la Ciudad de México sirva de puente entre lo que ocurre en el ámbito internacional con lo que se desarrolla en el interior del país.

“Eso a mí me parecía que era algo que se tenía que trabajar, poner puentes de comunicación con las comunidades”, refiere la responsable de un programa independiente que en sus ocho ediciones ha conseguido colaboraciones de instancias gubernamentales, sociedad civil e iniciativa privada.
“Somos un proyecto independiente y no podemos combatir el centralismo desde un festival, pero lo que sí podemos es establecer esta comunicación, lazos”, subraya.

EL TEATRO CONTEMPORÁNEO Y PROPIO

Aurora destaca el valor del programa en tanto estimula la dramaturgia contemporánea mexicana, a través de convocatorias que durante el desarrollo del festival vinculan a profesionales nacionales con los del país invitado.

“Hace 14 años, era muy difícil que se montaran autores mexicanos, por lo general lo que se hacía era montar textos de autores extranjeros”, explica Cano sobre un panorama que intenta conjugar lo que se hace en otros países y estados, de tal forma que se promueva a los autores vivos, los que están escribiendo y que les cuesta trabajo llevar a escena sus obras.

Si bien, reconoce que existen varios premios de dramaturga, lo que se les da a los escritores es una recompensa económica y en algunos casos una publicación, mas no se montan las obras.

“Mi perspectiva es que desde 14 años para acá se ha modificado muchísimo en México”, cuenta. Y en ello, considera que en algo han aportado el Dramafest y otros proyectos, pues ahora ve más común que la comunidad artística monte textos propios.

Junto al festival, otra de las acciones emprendidas por el dúo Cano-Alvarado es “Dramaturgia en movimiento”, creado en 2015 como una iniciativa para generar diálogos entre creadores del país y proyectarlos en el extranjero.

“Con este proyecto hemos movido muchísimas compañías no sólo de la Ciudad de México hacia los estados, sino que hemos llevado cosas de los estados a la Ciudad de México”, abunda la fundadora del festival cuya programación está disponible en dramafestmx.com

APOYO ENTRE GENERACIONES

Algo que ha mantenido al festival es la colaboración de los actores, comenta Aurora, quien explica cómo desde 2004 se ha contado con intérpretes de amplia trayectoria, quienes se ponen al mando de directores y autores emergentes.

“A pesar de que los directores fueran de nuevas generaciones, los actores eran muy reconocidos ya en el mundo del teatro, que se han entregado al festival y que han aceptado trabajar con jóvenes”.

Tal es el caso de Rosa María Bianchi y Miguel Flores, quienes son dirigidos por la mexicana Andrómeda Mejía para recrear la historia de dos septuagenarios que protagonizan una aventura amorosa, y que al verse sobrepasados por sus sentimientos dejan en el aire, en la bruma, la interrogante de si hay algo propio.

La bruma y la grulla, como se titula esta pieza, es un texto de Adriano Mariles, uno de los mexicanos que participa en la edición del festival, donde también hay propuestas de autores suizos. Esto, por medio de las obras Bajo el signo de tespis (de José Manuel Hidalgo y dirigida por Mathieu Bertholet), MAH (de Alfonso Cárcamo) y El funesto destino de Karl Klotz (con texto de Lukas Linder y dirección de Damián Cervantes).

En su octava edición, el festival cuenta con los apoyos de Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta), Fundación Bancomer, Secretaría de Cultura, la Fundación Suiza para la Cultura, el Gobierno de la Ciudad de México, entre otros.


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