A partir del próximo lunes 9 de junio, entrará en vigor una nueva orden ejecutiva del presidente Donald Trump que restablece el veto migratorio a ciudadanos de 12 países, entre ellos Irán, Haití, Siria y Sudán. Esta medida ya está generando controversia internacional y tendrá un impacto directo en el Mundial de la FIFA 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá.
Aunque el texto oficial contempla excepciones limitadas para deportistas, entrenadores y personal técnico debidamente acreditado, no se permitirá el ingreso de aficionados ni turistas provenientes de las naciones afectadas. Esto significa que miles de seguidores de selecciones como Irán —ya clasificada al torneo— no podrán entrar a territorio estadounidense para apoyar a su equipo en los estadios.
FIFA SIN POSTURA OFICIAL, PERO CONSIDERA ALTERNATIVA
Hasta el momento, la FIFA no ha emitido una postura oficial, pero según reportes de The Associated Press, el comité organizador del Mundial ya estudia la implementación de un mecanismo alternativo, similar al “FAN ID” usado en Rusia 2018. Esta medida permitiría una entrada excepcional bajo estrictos protocolos de seguridad para ciertos aficionados internacionales.
CONTRASTE CON LA PROMESA DE UN MUNDIAL INCLUSIVO
La decisión de Trump contrasta fuertemente con el compromiso asumido por la FIFA de hacer del Mundial 2026 “el más inclusivo de la historia”. Con la participación récord de 48 selecciones y más de 100 partidos programados, se estimaba una afluencia de más de cinco millones de visitantes internacionales. Esta cifra podría disminuir considerablemente con las nuevas restricciones.
¿QUÉ PAÍSES ESTÁN AFECTADOS POR EL VETO MIGRATORIO?
Los ciudadanos de los siguientes 12 países no podrán ingresar a Estados Unidos bajo la nueva orden ejecutiva:
- Afganistán
- Chad
- República del Congo
- Guinea Ecuatorial
- Eritrea
- Haití
- Irán
- Libia
- Myanmar
- Somalia
- Sudán
- Yemen
Además, otras siete naciones enfrentarán restricciones intensificadas, aunque no un veto total: Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
El presidente Trump argumentó que la medida busca “proteger a los Estados Unidos de riesgos a la seguridad nacional”, y negó que tenga un trasfondo discriminatorio.