Cinco estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fallecieron el pasado 20 de mayo de 2025 en un trágico accidente vehicular. Luego de que el automóvil en el que viajaban cayera al colector de aguas negras conocido como Emisor Poniente, a la altura de San Sebastián Xhala, muy cerca del plantel universitario.
De acuerdo con el comunicado oficial de la FES Cuautitlán, las víctimas eran estudiantes de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Hasta el momento, no se han dado a conocer públicamente sus nombres, ya que las autoridades aún trabajan en la identificación oficial de los cuerpos.
El ACCIDENTE
El accidente habría ocurrido durante una jornada de fuertes lluvias, lo que, según informes preliminares, pudo haber contribuido al siniestro. Elementos de emergencia y bomberos locales acudieron al sitio para rescatar el vehículo, pero al lograr extraerlo encontraron a las cinco personas ya sin signos vitales.
El Ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli confirmó que recibió el reporte de un vehículo que había caído al canal de aguas negras y activó un operativo de rescate. La situación fue turnada a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), que ya realiza las investigaciones correspondientes para determinar con precisión cómo ocurrió el accidente y si hubo omisiones o factores adicionales involucrados.
La tragedia ha generado un fuerte impacto tanto en la comunidad universitaria como en la sociedad en general. En redes sociales, cientos de estudiantes, docentes, egresados y ciudadanos han expresado su consternación y solidaridad con las familias de los fallecidos.
UNAM EMITE MENSAJE
La UNAM, por medio de su facultad, emitió un mensaje de condolencias y confirmó que ya se brindan apoyo psicológico, legal y logístico a los familiares de las víctimas. Además, la institución anunció que se realizará una revisión de los protocolos de transporte y movilidad en los alrededores del campus Cuautitlán, con el fin de prevenir tragedias similares.
Aunque aún se espera un informe detallado por parte de la FGJEM, el caso ha puesto en evidencia posibles vulnerabilidades en la infraestructura vial y de drenaje de la zona, así como la necesidad de fortalecer medidas de seguridad en áreas propensas a inundaciones.
Este hecho representa una pérdida irreparable no solo para las familias afectadas, sino también para la educación pública del país. La comunidad universitaria permanece en luto, a la espera de respuestas y de acciones concretas para garantizar la seguridad de sus estudiantes.