Al amanecer de este martes, una familia del barrio Vixhana vio arder, por segunda vez, el único techo que tenían para protegerse. Su vivienda, una choza improvisada ubicada junto a la Carretera Federal 185, a la altura del centro de salud, fue consumida por un incendio que redujo todo a cenizas. Las pérdidas son totales.
El siniestro ocurrió en las primeras horas del día. A pesar de la rápida intervención de elementos de Protección Civil y paramédicos del municipio de Santo Domingo Tehuantepec, las llamas avanzaron con tal rapidez que nada pudo ser salvado. La familia afectada quedó nuevamente en la calle. Sin un solo objeto personal que rescatar.
INCENDIO PROVOCADO Y REPETIDO
Según los primeros reportes, el fuego habría sido provocado por un hombre aparentemente bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Lo que agrava aún más la indignación de vecinos y testigos. No se trata de un accidente aislado: es la segunda vez que la misma choza es destruida por el fuego. Esto evidencia un abandono institucional ante un caso reincidente de riesgo y vulnerabilidad extrema.
Las víctimas no solo enfrentan la pérdida material, sino la ausencia de garantías mínimas de seguridad y atención del Estado. Ya que ni en la primera ocasión ni ahora han recibido apoyos significativos para reconstruir su hogar.
¿DÓNDE ESTÁN LAS POLÍTICAS DE ATENCIÓN A LA POBREZA EXTREMA?
Este tipo de hechos subraya la precariedad con la que viven cientos de familias a lo largo del corredor de la Carretera Transístmica, muchas de ellas instaladas en refugios improvisados, sin servicios básicos, sin acceso a vivienda digna, y vulnerables ante cualquier chispa, tormenta o agresión externa.
Hasta el momento, no se ha informado si el presunto responsable fue detenido o identificado formalmente. Tampoco hay declaraciones oficiales sobre una posible investigación para determinar si el ataque fue intencional o se trató de un caso más de negligencia institucional.
URGE ATENCIÓN HUMANITARIA Y ACCIÓN LEGAL
Organizaciones civiles de la región han solicitado en reiteradas ocasiones que se establezcan protocolos de atención inmediata a familias en situación de calle, sobre todo cuando se trata de casos reincidentes de incendio, que ponen en riesgo vidas humanas.
Finalmente, los afectados esperan ahora no solo una respuesta solidaria, sino una acción real de parte del municipio, el DIF estatal o alguna instancia de vivienda para garantizar al menos un refugio temporal, además de atención médica, psicológica y legal.