Luego de las protestas de marzo, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, comúnmente conocida como metropolitana, fue tapiada nuevamente para cubrir las pintas de la marcha feminista y en espera de una nueva restauración.
Aunque lejos de la protección o el recubrimiento por las afectaciones a este monumento federal en manos de la iglesia, el cerco de madera ha propiciado que personas en situación de calle y otras defequen y orinen en el contorno.
En los últimos meses, parte del tapial se retiró, aunque permanece la mayor parte cubriendo los muros frontales y de los costados. Sin embargo, personas no identificadas han dañado parte de él para defecar, pernoctar o arrojar sus desechos.

A eso se suman los globos que menores de edad juegan mientras pasan por el zócalo y la Alameda, y que terminan muchas veces dentro del tapial sin poder recuperarlos.
Hasta ahora, se desconoce cuándo habrá una nueva restauración de las paredes de este monumento y bien federal, luego de la última intervención hecha a principios de año a raíz de las protestas del 2023. En ella ya se habían retirado las pintas en la cantera.
Pero a unos días de la marcha feminista del pasado 8 de marzo, las autoridades estatales y eclesiásticas decidieron cercar nuevamente la catedral, al igual que otros inmuebles.