Hace unos días, una publicación en redes sociales captó poderosamente la atención de la comunidad de Pinotepa Nacional. Las imágenes mostraban a un elemento de la Guardia Nacional que descendió de un vehículo oficial en algún cruce de la ciudad para ayudar a cruzar la calle a una abuelita. Este acto generó tanto admiración y agradecimiento como desconfianza y acusaciones de simulación.
EL CASO
Según la publicación, la humilde abuelita, vestida con una blusa entre color rojo y rosado, una falda negra y un rebozo en la cabeza, intentaba cruzar la calle. Sin embargo, su condición y el intenso tráfico vehicular impedían su objetivo. En ese momento, una patrulla de la Guardia Nacional transitaba por la zona, y uno de sus elementos decidió bajar del vehículo. Con toda paciencia, tomó el brazo de la adulta mayor para ayudarla a cruzar la arteria vial.
Finalmente, una vez que la abuelita logró su cometido, agradeció el noble gesto del uniformado y continuó con su camino, ante la mirada de sorpresa de transeúntes y automovilistas que presenciaron la acción altruista.
LAS OPINIONES EN REDES SOCIALES
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar, con comentarios que variaban desde el elogio hasta la crítica. Entre las opiniones se leía:
“Muy bien por ayudar”, “Que Diocito te bendiga grandemente siempre por ayudar”, “Noble acción”, “Ojalá así fueran todos” “Sí, como todos, hay algunos que sí, pero la mayoría de las veces no se paran…” “Yo diría que si ese valor para servir y defender una patria existiera, no estaría México como está…”, “Los semáforos faltan”, “Lo que no se tiene es respeto vehicular” “Pero cuando llevan prisa y no le dan paso a nadie, los 🐕” (Sic.)
Finalmente, este incidente ha resaltado tanto las actitudes cívicas de los miembros de la Guardia Nacional como la desconfianza y crítica que aún persisten en la sociedad. Mientras algunos aplauden el gesto como un ejemplo de humanidad y servicio, otros lo ven con recelo, cuestionando la autenticidad de la acción.
Sin embargo, lo que queda claro es que, en medio de la polémica, el acto de ayudar a una abuelita a cruzar la calle no pasó desapercibido y muestra la necesidad de mostrase más humano en un mundo cada vez más insensible, caótico y violento.
