Varias comunidades realizaron este fin de semana las octavas de la muerteada con lo que se terminan las fiestas de Día de Muertos que comenzaron el 1 de noviembre.
Desde el miércoles pasado volvieron las bandas a las poblaciones del valle de Etla para bailar al ritmo de la tuna y la tambora en una actividad que ya es tradición en esta zona de los Valles Centrales.
En Soledad Etla la fiesta de la octava fue el 8 de este mes, donde se juntaron los diversos barrios para bailar en torno a la festividad de muertos en dónde la entidad va resaltando en sus actividades.
Para el caso de comunidades como Nazareno, San Pablo, Santiago Suchilquitongo, se sumaron a la organización de las comparsas donde participan personas de todas las edades.
Cabe mencionar que una de las tradiciones en estas comunidades, es llevar bandas de música tanto de la entidad como de talla nacional e internacional.
Además, contratan tuberos externos para reforzar a las agrupaciones que acuden para tocar en el recorrido que dura varias horas.
Jael es un músico que tiene poco tiempo de haber iniciado en este oficio, pero el gusto por la música ha hecho que tenga varios contratos en estos días.
“En las muerteadas, nos contratan para tocar por casi 10 horas seguidas y en esos días,se requieren más músicos para que vayan a las comunidades donde hay fiesta”, dijo.
Ayer, en Mazaltepec Etla, se organizó de nuevo la fiesta, y Las Llochis de la Loma, una muerteada de mujeres, por lo que estuvieron bailando en las calles de la comunidad.
Ahí, las mujeres estuvieron cooperando para la actividad que se enmarca por el Día de Muertos.
