A diferencia de años anteriores, la afluencia de personas que visitaron la tumba de sus seres queridos tanto en el panteón General y San Miguel bajó considerablemente.
Miguel Ángel Cirilo, quien se desempeña como panteonero desde hace 26 años relata que previo a la pandemia de Covid 19 en los pasillos, los visitantes comenzaban con la visita desde la tarde del 31 de octubre.
Sin duda ya no es como antes, ahora las nuevas generaciones ya no vienen con sus padres o con los abuelos, si se fijan, quienes están ingresando son adultos mayores acompañados de sus hijos”, detalla.
Poco antes de las 13 horas, los mariachis amenizan la estancia y espera de algunas personas, quienes han acudido para convivir y en lo que adornan la tumba con flores de Cempasúchil, Borla y Nube.
En un horario de 7 de la mañana a 9 de la noche, propios y extraños pueden acudir a los camposantos ubicados en la capital para visitar las tumbas de los familiares que ya partieron o simplemente para conocer un poco más de las tradiciones de Oaxaca.
Creo que el porcentaje de visitantes no ha rebasado ni el 40% en este año, y otro aspecto que nos comentan las personas son los altos precios de las cosas, pues han gastado no menos de 500 pesos.
Tan solo un ramo de tres flores de Borla o Cempasúchitl se encontraron en 25 pesos, a eso se suma el costo por las veladoras y frutas que algunas personas decidieron colocarle.
Uno de visitantes, Martín Villavicencio Díaz ha mantenido la tradición de visitar a sus parientes desde 1985, año en el que partieron.
Originario de la capital expone que es fundamental continuar con las tradiciones y sobre todo no dejar que se pierda el recuerdo.
No solo es venir y dejar flores, sino convivir, saludar a la familia, fortalecer las tradiciones en Oaxaca”, enfatiza.
Sin embargo, una visita al camposanto no estaría completa sin la música, Arturo Pérez Santos canta no solo en el panteón en estas fechas, sino también en comedores y en la vía pública.
Entrevistado en un momento en el que ha pausado su cantar, añade que la pandemia le dejó una experiencia para poder buscar el ingreso.
Con la cantada sacamos apenas para comer, no podemos decir que podemos ahorrar pero sacamos para las tortillas; aquí vamos al día y aunque no es como otros años tenemos que seguir adelante”, sostiene.
Rosario Ruiz, siguiendo la tradición de sus padres acudió al panteón General para adornar la tumba en la que descansa ya su señora madre, desde temprana hora corta sus flores y las coloca de una forma cuidadosa para que se vea presentable.
Mis abuelos venían y nos traían, de ahí la importancia de continuar con las enseñanzas, ahorita que termine con el adorno de la tumba voy a rezar un rosario y a permanecer por aquí”, dice con nostalgia.
En cada uno de los pasillos y zonas de los panteones, las personas trabajan de forma apresurada en la colocación de flores, acarrean agua para sus floreros y charlan alegremente.
El panteón ayer vivió un día de fiesta con la festividad de Todos Santos.
