Para coleccionistas experimentados y novatos en el fascinante mundo de la numismática, las monedas antiguas pueden representar auténticos tesoros.
Desafortunadamente, son frecuentes los errores en intentos de restaurar estas piezas. A continuación, te ofrecemos tres recomendaciones de expertos para limpiar monedas de manera segura:
- Verifica la autenticidad y el tipo de metal: Antes de aventurarte a limpiar, es vital confirmar la autenticidad de la moneda y reconocer su composición. Puedes hacerlo consultando con un numismático o usando catálogos especializados. La composición de la moneda determinará el tipo de cuidado que necesitará. Por ejemplo, las monedas de oro y plata suelen ser más duraderas que las de cobre o hierro.
- Limpieza cuidadosa: No todas las monedas deben ser limpiadas, y si se decide hacerlo, se debe optar por el método más delicado. El agua destilada es una opción excelente para este propósito, pues ayuda a deshacerse de la suciedad sin afectar la pátina original de la moneda. Es esencial evitar productos químicos agresivos o herramientas que puedan rayar o deteriorar la pieza.
- Adapta el método de limpieza: Cada moneda tiene características y necesidades únicas. Por ejemplo, para monedas de hierro o cobre con óxido, el aceite mineral puede ser útil. Simplemente aplica unas gotas y después limpia con un paño suave. Si tienes monedas de plata o cobre con verdín, una mezcla de bicarbonato de sodio y agua puede ser efectiva. Úsala con un cepillo de cerdas suaves o un bastoncillo de algodón.
En definitiva, el arte de limpiar monedas antiguas exige precaución, saber y paciencia. Siguiendo estas recomendaciones, no solo mantendrás su belleza y autenticidad, sino que también incrementarás las chances de obtener un buen precio en el mercado numismático.