Hace aproximadamente 60 años, siendo un adolescente, leía en casa la revista Oaxaca en México, que publicaba el periodista Néstor Sánchez. Era un entretenido magazine con temas locales, política, reseñas históricas, entrevistas a personajes típicos del taller y de la calle, biografías de insignes oaxaqueños y agradables referencias de nuestra vida urbana. Oaxaca en México tenía contenidos de gran interés familiar y social.
Salí de Oaxaca y no volví a saber de la gustada revista. Años después me enteré que don Néstor, publicaba el diario Carteles del Sur, formador de opinión, escuela de jóvenes periodistas locales y espacio para notas y artículos de veteranos de la prensa oaxaqueña que transmitían sus experiencias.
Cursaba yo los últimos semestres de la carrera de Economía en la UNAM en los años de las crisis del dólar y del petróleo, allá por 1972 y 1973. El acopio de conocimientos y la inquietud por discutirlos o darlos a conocer, me llevó a escribir un artículo “El peso mexicano en la crisis del dólar”. Sabiendo que mi padre era amigo de Néstor Sánchez, le pedí mediara para publicar mi primera nota, que tuvo un lugar diferente en “Carteles”, en mayo de 1972. Meses después se publicó otro sobre el “Pacto Andino, sus relaciones económicas con México”. Pero en septiembre de 1973, con motivo del artero golpe contra Salvador Allende, “Carteles” me dio espacio para publicar “Chile y el fin de la democracia en América Latina”. He de reconocer mi fortuna como articulista en ciernes: sin conocer personalmente a Néstor Sánchez, me cedió espacios para verter mis opiniones.
En Oaxaca en México, alcancé a leer las primeras entregas de lo que sería el libro Un mexicano en la Guerra Civil Española y otros recuerdos, de Néstor Sánchez habiendo llamado la atención por ser, todo indica, el único oaxaqueño en ese conflicto. En Oaxaca residían españoles refugiados de ambos bandos y teníamos referencias cruzadas, todas interesantes.
En un golpe de fortuna, viajé de placer a Italia en 1975, con un encargo de mi profesor Carlos Vidali para su padre Vittorio Vidali, ya octogenario, fue comandante del Quinto Regimiento de las Brigadas Internacionales a favor del bando republicano, su nombre de guerra era “Carlos Contreras”. Vidali estuvo muy ligado a México, como agente de la Internacional Comunista. Una de sus misiones fue realizar un atentado contra León Trotski, el primero de ellos en mayo de 1940. Traté con Vidali en Roma, amablemente fue mi guía dos días en la Ciudad Eterna y en largas y entretenidas pláticas llegué a preguntarle si conocía al oaxaqueño Néstor Sánchez miliciano en España. Vidali me confirmó que sí y se expresó cálidamente de él.
En 2014, al leer el libro de Leonardo Padura El hombre que amaba a los perros (Maxi Tusquets) me encontré esta línea en la página 595: “las dos mujeres encargadas de vigilar la casa y de distraer a los policías de la custodia, y, por otro, de un tal capitán Néstor Sánchez que al ser detenido había dado información crucial: el asalto. Lo había dirigido el pintor Siqueiros…”. En realidad, Vidali había planeado ese primer asalto a la residencia de Trotski en Coyoacán.
Revivo esto porque recibí de mi amigo Claudio Sánchez Islas, el libro de investigación histórica Ser mexicano y participar en la Guerra Civil Española (1936-1939), del historiador francés Marc Rodríguez. Se trata de un documento rico en referencias de fuentes primarias que, sin tomar bandera, nos hace entender causas y motivaciones de la participación de Néstor Sánchez y otros mexicanos en ese trascendente conflicto que ha tenido resonancia en México, desde hace más de ochenta años.
Es justo y legítimo decir que Néstor Sánchez, su ideario y sus arreos de combate, fueron testigos de una revista imaginaria, real y perenne que llamaríamos “Oaxaca en España”. Seguiremos. Dixit.
